Hermano no entiendo nada cuando leo las escrituras

Me encontraba en una ocasión en la casa de un hermano muy amado, platicábamos de las dificultades que tenemos cuando llegamos a Cristo, de que hay veces que nuestras limitaciones nos desalientan.

El me preguntaba ¿hermano porqué yo leo las escrituras y no les entiendo nada?, yo veo que mi esposa y otros hermanos que llevan menos tiempo que yo en el evangelio leen y entienden mucho y pueden explicar, pero yo nomás no puedo.

Y me dijo además: Yo no siempre fui muy listo, pero he descubierto que hay cosas que si puedo aprender rápido, por ejemplo en mi trabajo todo me parece fácil, pero cuando leo y me esfuerzo por entender hay cosas que solo me confunden, por eso de pronto pienso que mejor ya no voy a leer y le confieso que ya casi no lo hago por esa situación.

Primeramente le dije: Debemos entender que todos tenemos diferentes capacidades, es como en la escuela a algunos se les facilitan las matemáticas y a otros el español o las ciencias naturales, por otro lado cada uno de nosotros tiene un canal de recepción de información que le facilita el aprendizaje, es decir algunos aprenden más rápido leyendo, otros escuchando, otros solo viendo imágenes, entonces si usted quiere aprender más rápido debe descubrir cuál es su canal y usarlo más que el resto.

Adicionalmente hermano usted no debe preocuparse por entender lo que lee en el momento, quizá ni siquiera necesite entenderlo justo en ese instante, pero tenga la certeza de que un día el Espíritu Santo traerá a su mente precisamente aquella escritura que usted leyó y no entendió, para aplicarla a una situación determinada y entonces su entendimiento se abrirá.

Nuestra mente es maravillosa, nadie podrá explicar con total certeza como funciona más que Dios, pero lo que es una realidad es que cuando entra información en nuestro cerebro no se va, allí se queda almacenada, no es cierto que nos entra por un oído y nos sale por otro, eso se dice porque no hacemos caso a lo que ya aprendimos, pero la información allí se queda.

Mire lo que paso con los discípulos de Jesús:

Juan 2:19-22 “19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. 20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarásí 21 Más él hablaba del templo de su cuerpo. 22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.”

En esta cita el Señor dijo algo que no entendieron sus discípulos, en otras citas menciona también que en ocasiones el Señor hablaba y no le entendían, así como nosotros a veces leemos y no entendemos.

Pero después sucedió algo que hizo que sus discípulos recordaran y entonces entendieran, lo cual fortalece nuestra fe porque dice “y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.”

Después de unos meses me encontraba de nuevo en casa de mi hermano y me explicaba con mucha alegría un versículo que había leído, lo relacionaba con maestría con una situación práctica, mi gozo fue grande porque había perseverado y el Señor lo estaba recompensando con sabiduría y entendimiento.

Hoy le digo a usted que lee lo que le dije a mi hermano: “Continúe leyendo aún cuando no entienda, el Señor sabe en qué momento necesitará entender y entonces sus ojos serán abiertos, confíe en el Señor y confíe en que seguir leyendo es lo correcto.”

Dios le bendiga.