Historias Cristianas: ¡En caso que lo olvidare algún día!

«DAD GRACIAS EN TODO…» (1 Tesalonicenses 5:18)

Por petición se ha imprimido de nuevo la siguiente historia;  ¡no necesita comentario alguno!

«Los encontré agachados bajo el porche: eran dos niños con abrigos harapientos que les estaban demasiado grandes. `¿Señora,  tiene usted algún periódico viejo?’. Estaba ocupada y quise decir que no, hasta que vi sus pies. Llevaban pequeñas sandalias empapadas a causa del aguanieve. `Entrad y os prepararé chocolate caliente’.

No dijeron nada. Sus sandalias mojadas y sucias dejaron señales en  la piedra de la chimenea. Les serví chocolate y tostadas con mermelada para fortalecerles contra el frío de afuera. Después volví a la cocina para seguir trabajando en el presupuesto de mi casa. Me di cuenta de que en el salón hubo mucho silencio, y fui a ver lo que estaba pasando. La niña estaba con la taza vacía en las manos, mirándola. El muchacho preguntó: `Señora, ¿tiene usted mucho dinero?’. Miré a las fundas del sofá de mala calidad. `¿Que si tengo mucho dinero? ¡Pues claro que no!’. Con mucho cuidado,la niña puso la taza en el platito. `¡Las tazas hacen juego con los platillos!’.

Su voz sonaba vieja, con un hambre que no procedía sólo del estómago. Después se marcharon, sosteniendo sus periódicos contra el viento. No habían dado las gracias, y tampoco era necesario; habían hecho más que eso, ¡mucho más! Ordinarias tazas azules de cerámica con sus platillos, ¡pero hicieron juego! Patatas con salsa marrón, un techo sobre nuestra cabeza, mi marido con un buen oficio estable ?¡esas cosas combinan muy bien también! Llevé las sillas desde el fuego a su sitio de antes y puse la sala de estar en orden. Las huellas fangosas de las pequeñas sandalias estaban todavía húmedas sobre la piedra de la chimenea. Las dejé así. ¡Quiero que se queden allí por si acaso olvidara alguna vez lo rica que soy!».