Liderazgo Cristiano: Decida después a dónde irá su bus

Recientemente aprendí un principio de liderazgo que me ha ayudado enormemente en el tema de formar un equipo, y es la importancia de formar su equipo primero y luego decidir dónde se va a ir, y no viceversa. La mayoría de los líderes han aprendido que es mejor tener una visión apremiante y saber exactamente dónde se quiere ir antes de reclutar personas para su equipo. Una vez que tenga el curso trazado puede comenzar a vender esa visión a los demás pidiéndoles que se embarquen. Aunque el tener una clara visión es importante, sugeriría que no necesariamente sea el primer paso en el proceso de formación de un equipo. El primer paso en el proceso de formación del equipo es conseguir la gente correcta en el bus, y luego decidir a dónde irá el bus.

Aquí tenemos algunas razones por las que creo que conseguir las personas correctas y colocarlas en tu bus está antes de decidir a dónde irá el bus:

1. Generalmente, en un inicio no sabemos dónde está yendo el bus.

Si usted ha sido líder en algún momento, ha aprendido que con el pasar del tiempo va cambiando su dirección. Las prioridades cambian, los mercados cambian, los enfoques cambian. Si las personas están con usted porque el bus está yendo en una dirección, entonces se van a bajar cuando cambie la dirección. Por otra parte, cuando están en el bus porque los demás también lo están, entonces no interesa donde esté yendo el bus, ellos se van a quedar a bordo.

2. Permite la flexibilidad.

Cuando las personas están en el bus porque las otras personas están en él, esto permite mayor flexibilidad. Podemos hacer cambios más rápida y frecuentemente sin que la gente tenga que irse.

3. Promueve una mejor química de equipo.

Si las personas no están en el bus por la dirección a la que va, significa que están en el bus porque quieren estar en el bus. Encuentran algo atractivo respecto al equipo, y esto los mantiene comprometidos. Cada miembro del equipo gana respeto ante los otros, porque están ahí debido a su aprecio por el equipo y no necesariamente por la dirección en la que va el equipo. En consecuencia, el equipo se convierte en el resultado final y no en un medio para alcanzar un resultado final.

4. Usted puede enfocarse más en la razón por la que las personas están allí, lo que los libera para ser creativos.

Me gusta este tipo de formación de equipo principalmente porque permite la creatividad. Si la travesía para lograr el éxito se convierte en la meta, entonces la manera en que lleguemos al resultado final es más flexible y permite más aporte del equipo. Podemos tomarnos nuestro tiempo y tomar mejores decisiones porque no se trata de llegar a algún lugar.

5. Provee de una respuesta para la pregunta «¿y ahora qué?»

Si la meta final es la parada del bus, entonces surge la pregunta: «¿Qué hacemos cuando lleguemos allí?» Si somos buenos en lo que hacemos, tarde o temprano vamos a alcanzar el destino que estamos buscando. Me gusta cómo lo plantea John C. Maxwell: «Odiaría pasar mi vida entera escalando la escalera del éxito solo para llegar a la cima y descubrir que está inclinada en la pared equivocada».

Propóngase conseguir primero a las personas correctas para su bus en lugar de decidir primero dónde está yendo. Esto le ayudará a tener un equipo más productivo, e incrementará sus oportunidades de llegar a destino.