Cuando es difícil creer en La Navidad

«¿CÓMO SERÁ ESTO?…» (Lucas 1:34)

Cuando el ángel le dijo a María que Dios la había escogido para ser la madre de su Hijo, su respuesta era comprensible:

«¿Cómo será esto?…» (Lucas 1:34). Imagínate cómo ella debe haberse sentido.

¿Qué pensaría la gente? ¿Cómo podría cuidar de un bebé? ¿Qué diría José? ¿La abandonaría?

No es de extrañar que ella «se turbó…» (Lucas 1:29); si alguna vez algo fue imposible, era esto. ¡Pero eso es lo que hace que un milagro sea milagroso!

Tal vez estás sin trabajo y confías que el Señor proveerá para tu familia. Sin embargo, te preguntarás: ¿Cómo puede ser, si nadie me llama?. O quizás estás enfermo, y aunque sabes que «…por sus llagas fuimos nosotros curados» (Isaías 53:5), te estás preguntando: ¿Cómo puede ser esto, cuando todavía tengo los síntomas?.

Todos tenemos momentos en los que nuestra fe pasa por el «escurridor de ropa» y sale «seca».

Pero lo que es todavía más desafiante es que la situación de María fue causada por Dios. No se suponía que Él hiciera esto. ¡Se supone que te bendiga y te rescate! Pero el Señor tenía un plan especial.

María estaba a punto de hacer algo que nadie a lo largo de la historia jamás haría otra vez. Y con aquel plan venía una promesa que puede sostenerte durante las mayores pruebas de tu fe:

«El Señor es contigo..» (Lucas 1:28)

Una vez que entiendas que «(Fiel) [fiel] es el que os llama, el cual también lo hará» (1 Tesalonicenses 5:24), tu perspectiva cambiará radicalmente.

Así que hoy, si estás luchando, recuerda lo que el ángel dijo a María: «…nada hay imposible para Dios» (Lucas 1:37), ¡porque Él te está diciendo lo mismo a ti!