El Amar Más La Gloria De Los Hombres

«…AMABAN MÁS LA GLORIA DE LOS HOMBRES QUE LA GLORIA DE DIOS» (Juan 12:43)

¡Qué triste! Los líderes religiosos comenzaron a creer en Jesús porque su mensaje tenía sentido, y sin embargo no lo siguieron. ¿Por qué? Prefirieron la alabanza de los hombres a la de Dios… Todos conocemos el «sabor» tan «dulce» de aquella «droga» ? ¡y la «abstinencia»! Como Sally Field durante la entrega de los Oscar, después de ganar el segundo, nos encontramos con ganas de poder decir: «¡Me quieren! ¡Me quieren de verdad!». El problema es que no es la aprobación de alguien lo que hace que nos sintamos bien, sino el valor que le demos. La verdad es que podemos lograr grandes cosas y a pesar de eso sentirnos fracasados. Escucha: «He pasado mi vida en aspiraciones vanas y ociosas, y en oraciones que fueron rechazadas continuamente, de que algo como resultado de mi existencia debería ser beneficioso para mi propia especie». Aquellas palabras fueron escritas por John Quincy Adams, antiguo Presidente de los Estados Unidos, Ministro de Asuntos Exteriores, Embajador y Diputado, hacia el final de su vida…

Es agradable ser apreciado, pero en ausencia de ello nuestra autoestima y recompensa sólo deben estar basadas en estas dos cosas:

(1) El amor incondicional del Señor y su aceptación de nosotros, comprobados para siempre en la Cruz (lee Juan 3:16);

(2) La alegría de saber que un día oiremos: «Bien, buen siervo y fiel…» (Mateo 25:21). Hoy, Dios te dice: «No desprecies tu lugar, tus dones ni tu tarea, porque no puedes recibir los de otra persona, y no te satisfaría si pudiera ser así».