¿Por qué es Importante La Mente de Cristo a los Creyentes?

Muchos de nosotros hacemos frente a problemas difíciles en nuestra vida diaria. Ya sea que se trate de problemas en nuestras relaciones, nuestros hijos, o en nuestro lugar de trabajo, estos problemas complicados pueden exigirnos mucho mentalmente. Como cristianos, tenemos la ventaja de tener al Espíritu Santo en nosotros para proporcionarnos dirección y tranquilidad en los momentos difíciles. Sin embargo, hay algo acerca de tener el Espíritu Santo en nosotros que la mayoría de los cristianos no se dan cuenta. Cuando tenemos el Espíritu Santo en nosotros, tenemos la capacidad de tener la mente de Cristo. Por lo tanto, es necesario entender por qué la mente de Cristo es importante para nosotros los Cristianos.

¿Qué es la mente de Cristo?

La mente de Cristo significa pensar de una manera que sea consistente con la forma en que Jesús piensa. Esto se refleja a veces en la famosa frase en ingles: WWJD – ¿Qué haría Jesús?. Esto se refiere a pensar cómo Jesús podría actuar en determinada situación y hacerlo. Esto requiere que la persona que quiera conseguirla sea capaz de pensar como Jesús o tener la mente de Cristo para lograrlo.

¿Cómo podemos perfeccionar la mente de Cristo en nosotros?

La Biblia nos enseña que para nosotros tener la mente de Cristo, primero debemos confiar en Cristo como nuestro Salvador para que tengamos el Espíritu Santo en nosotros, Él nos dará la sabiduría y la comprensión de Cristo (1 Corintios 1: 9-23). Si no tenemos al Espíritu Santo en nosotros, entonces no podemos tener la mente de Cristo necesaria para discernir y entender las cosas de Dios de la siguiente manera:

Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sinoel Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. (1 Corintios 2: 9-16).

Una vez que recibimos al Espíritu Santo, es importante dedicar tiempo cada día para estudiar la Palabra de Dios y dedicarnos a la oración. Del mismo modo, debemos tener un horario regular cada semana para adorar y pasar tiempo con otros creyentes que están tratando de tener una estrecha relación con Cristo. También, debemos separarnos de las cosas que reforzarían un pensamiento que no esté conforme con la Biblia.

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Esto quiere decir que cuanto más tiempo pasamos en aprender y familiarizarnos con una forma de pensar y de vivir, más nos va a cambiar esa forma de pensar y de actuar. Si pasamos la mayor parte de nuestro tiempo expuestos a una enseñanza y pensamiento impío, nuestro comportamiento cambiarán para reflejar la enseñanza impía que hemos aprendido (Romanos 1:18-32). Del mismo modo, cuanto más tiempo pasamos expuestos a la enseñanza y al pensamiento de Dios, más nos va a cambiar para vivir en santidad. Cuando somos cambiamos a la piedad, somos más como Cristo. Esto se conoce en la Biblia como siendo transformados en su imagen de la siguiente manera:

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. (Romanos 8:29-30).

Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. (2 Corintios 3: 17-18).

¿Qué hace la mente de Cristo en el Cristiano?

Como acabamos de leer en 1 Corintios 2:9-16, cuando recibimos el Espíritu Santo en el momento de la salvación nos es dada la capacidad de comprender y conocer las profundidades de Dios. Esto nos da la disposición de ver las cosas de la manera en que Jesús las ve. Podemos amar a los demás como Jesús ama a los demás. Por último, podemos enfrentar la muerte de la manera en que Jesús la enfrento y la venció. Además la confianza de que Dios nunca nos dejará ni nos abandonará nos traerá consigo la completa paz siempre prometida de la siguiente manera:

He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. 1 Corintios 15:51-57.

Conclusión

Muchos de nosotros hacemos frente a situaciones difíciles todos los días. Como cristianos, tenemos la ventaja de tener el Espíritu Santo en nosotros para darnos dirección y tranquilidad en los momentos de prueba por que tenemos la mente de Cristo. La mente de Cristo significa pensar de una manera que sea consistente con la forma en que Jesús piensa. La Biblia nos enseña que primero hay que confiar en Cristo como nuestro Salvador para recibir el Espíritu Santo, lo que nos permite tener la mente de Cristo. Tener la mente de Cristo le da la capacidad de comprender y conocer las profundidades de Dios, lo que nos ayudará a tener la victoria en nuestra vida y tener la confianza de que Dios nos dará la fuerza para enfrentar a la muerte de la manera en que Jesús lo hizo.