DIOS: NO QUITARÁ EL BIEN A LOS QUE ANDAN EN INTEGRIDAD (Salmo 84:11)

Una de las pruebas más duras de la vida son esos momentos cuando todo lo que sabemos de Dios no parece servirnos, ni nos da los resultados esperados. Es ahí donde aprendemos acerca de su silencio. Cuando Dios no habla es porque nos está enseñando, aun en medio del silencio. Nos deja que crezcamos, al forzarnos a pensar, estudiar y llegar a conclusiones, mientras Él nos observa de cerca, como el Padre amoroso que es.

La fe viene por el oír, pero la paciencia viene por el silencio. La paciencia es lo que Dios te da cuando las situaciones negativas no cambian. Es un sedante para el corazón angustiado, es el bálsamo que Dios aplica a tus músculos doloridos cuando te sientes como que estuvieran tirando de ti tan fuerte que parece que te vas a romper. Hay momentos en los que el dolor dura tanto que sólo el Señor puede concederte paciencia, esa gracia que necesitas para sobrevivir la prueba.

La espera aporta grandes beneficios. Por ejemplo, si aprendes a esperar y a observar, tomarás mejores decisiones. Hay cosas de las que ahora no puedes prescindir, o eso te parece, pero quizás más adelante te alegrarás de no haberlas tenido. «No quitará el bien a los que andan en integridad» (Salmo 84:11).

Por lo tanto, cuando el Señor te diga: «Espera», confía en Él. O bien se trata de algo que no necesitas en el momento o tal vez quiera darte algo mejor. Te preguntarás: ¿Y qué debo hacer mientras tanto? La Biblia dice: ¡Espera en el Señor! ¡Esfuérzate y aliéntese tu corazón! (Salmo 27.14). No protestes, no empujes, deja que Dios haga la obra. De esta manera saldrás de esto más fortalecido y habiendo obtenido resultados más satisfactorios.

¿Te está diciendo Dios que esperes?

¡Entonces hoy es el momento para hacerlo!.