AL QUE TIENE, LE SERÁ DADO (Mateo 25:29)

Todo logro comienza con una decisión. Y es ésta, y no la suerte, la que determina tu destino.

Jesús nos relató la parábola de un empresario que dio a uno de sus empleados diez talentos para que los invirtiera y los doblara. Otro empleado recibió cinco talentos, y también los dobló. El tercer empleado recibió un talento, pero lo enterró. Por temor de perderlo, ni siquiera aceptó un pequeño riesgo.

El dueño se puso furioso: «Eres un empleado malo y perezoso. Si sabías que soy muy exigente, ¿por qué no llevaste el dinero al banco? (Mateo 25:26-27 Biblia en lenguaje actual).

La Biblia dice también: «Por fe andamos, no por vista» (2 Corintios 5:7).

A menos de que estés dispuesto a aceptar riesgos por los que has orado, que has considerado cuidadosamente, y acerca de los cuales te han aconsejado, no andarás por fe; y «sin fe es imposible agradar a Dios» (Hebreos 11:6).

Jesús concluyó su parábola diciendo: Al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado (Mateo 25:29).

Deberías proponerte sacar el máximo provecho de todo lo que haces.

Ken Blanchard llama a esto «obtener la mayor rentabilidad de la vida». Significa colocar todas tus inversiones en el banco de Dios (no te preocupes, ¡ése no quiebra!).

Para conseguir más, debes usar lo que Dios ya te ha dado. Cuando das un paso de fe, Dios actúa y ocurren cosas extraordinarias.

John Mason dice: «No es lo que tenemos, sino lo que usamos, no lo que vemos, sino lo que escogemos; ésas son las cosas que coartan o realzan la felicidad humana». Cuando pones límites a tus acciones, estás limitando tus posibilidades.

Piénsalo bien: si no actúas ahora, el costo será mucho mayor después.