¿Dedicar o Presentar a los Bebes o Niños al Señor?

Muchas iglesias tienen el servicio de dedicación de bebés o dedicatorias de bebés cada año, así que la pregunta es ¿son bíblicas las dedicatorias de bebés? ¿Apoya la Biblia el dedicar a los niños?

El Bautismo de Bebes (Recien Nacidos)

La Iglesia Católica y varias denominaciones todavía practican el bautismo de bebes, nuestra duda es ¿dónde se originó el bautismo de bebes ya que no se encuentra en la Biblia? ¿Es el bautismo de los bebes bíblico, y si no, ¿dónde comenzó? ¿Por qué la iglesia primitiva nunca practicó el bautismo de niños, pero, unos cientos de años después otras iglesias, lo practicaron?

Incluso en la iglesia antigua existía el concepto de que el bautismo era un rito de iniciación en la comunidad de fe, y aunque los bebes nacen en esa comunidad, la mayoría entiende que sus bebes no serán salvados por el bautismo.

En primer lugar, el bautismo de bebes y los bautismos de los creyentes no son la misma cosa. Una persona que ha sido llevada al arrepentimiento y a la fe en Cristo es generalmente bautizada después, pero ¿cómo puede un bebe arrepentirse? ¿Acaso un bebe sabe lo que es el pecado para poder arrepentirse del mismo? La respuesta es no en ambos casos.

El Bautismo de Niños (Infantil)

En el bautismo de niños, el niño es típicamente rociado con agua o derramando agua sobre la cabeza del niño, pero de cualquier manera, el bautismo de niños no aparece en la Biblia, y su práctica no es bíblica, así que ¿deberían los padres bautizar a sus niños?

Desde el siglo III en adelante, los cristianos bautizaban a los niños como práctica, aunque algunos preferían posponer el bautismo hasta una edad mayor, para asegurar el perdón de todos sus pecados pasados, sin embargo, esto claramente no se enseña en la Biblia.

Algunos niños fueron bautizados durante la época de la Peste Negra en la edad oscura. En el caso de que el niño muriera, y si eran bautizados, creían que su bautismo los mantendría alejados del juicio de Dios, así que aunque el bautismo de niños no es pecado… no es enseñado en la Biblia, y no tiene ningún efecto en la posición del niño ante Dios como un adulto.

Los Bebés Van Al Cielo

El bautismo de Niños no se encuentra en la Biblia.

La dedicación o presentación de Samuel

Nuestra Iglesia practica la dedicación o presentación para bebés o niños. Sabemos que no se encuentra en la Biblia, pero los padres quieren seguir la práctica de tener a su bebé presentado o dedicado al Señor.

Ana dedicó a Samuel al Señor después de que fue destetado de la niñez.

En 1 Samuel leemos que Ana «E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.» (1 Sam 1:11).

Por supuesto, no hay ningún registro de que Samuel estuviera involucrado en la dedicación de un bebé, pero la madre de Samuel lo dedicó al uso del Señor cuando él sería grande, y Dios usó a Samuel de una manera poderosa, usándolo para guiar a Israel antes de que la nación tuviera un rey, siendo un profeta y guiando a la nación hasta que el rey Saúl fuera instalado como su primer rey, pero Samuel continuó, aún después de ese punto, sirviendo al Señor en el oficio de profeta y consejero del rey y de la nación.

Lo entregaré a Jehová todos los días de su vida.

Dedicación o Presentación para Bebés

Aunque miles de iglesias alrededor del mundo practican dedicar a los bebés, la mayoría de estas iglesias reconocen que no es un asunto de salvación, dándose cuenta que una persona debe ser llevada al arrepentimiento por Dios y luego poner su confianza en Cristo, y por supuesto, ningún niño tiene la capacidad de entender todo eso, así que aunque no está relacionado con la salvación, muchos padres quieren que su hijo sea dedicado al Señor.

Aunque los padres entienden que esto no salva a sus hijos, ellos todavía quieren la bendición de Dios sobre sus hijos, pero en realidad hay alguna precedencia en tener hijos bendecidos.

En una ocasión, cuando algunos trajeron niños a Jesús para imponerles las manos y orar por ellos y bendecirlos, Sus discípulos los reprenden, tratando de alejar a los niños de Jesús, pero esto hizo que Jesús se enojara. Dijo:

«Dejad que los niños vengan a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él» (Lucas 18, 16-17).

Jesús quería que supieran cuán preciosos son los niños para Dios, y así «los niños fueron llevados a él para que les impusiera las manos y orara» (Mt 19:13), así que vemos que no hay nada malo en llevar a los niños adelante y hacer que el liderazgo de la iglesia (pastor, anciano o diácono) les imponga las manos y pida la bendición de Dios y ore por ellos.

Esto es justo lo que Jesús hizo, así que el dedicar a los bebés, aunque no se mencionan explícitamente en las Escrituras, se alinean con lo que Jesús hizo cuando los niños fueron llevados a Él, por lo tanto presentar o dedicar a los bebés están bien, siempre y cuando los padres entiendan que esto no asegura la salvación de sus hijos.

El bautismo de niños no es algo que la Biblia enseña, pero eso es un argumento de silencio de alguna manera, así que la mayoría de la gente siente que no hay nada malo en bautizar infantes, pero dedicar o presentar a los bebés es más bíblico que el bautismo de niños, y las dedicatorias de bebés son algo que los padres, abuelos, y cuidadores pueden hacer sin preocuparse de que sea pecado. No hay nada malo en tener un bebé, o un niño dedicado ante el Señor y tener la bendición de Dios sobre ellos, y orar por ellos.

Debemos orar los unos por los otros de todos modos, y no sólo por nuestros hijos, sino por todos los que están en el Cuerpo de Cristo, la iglesia, pero también debemos orar por los que todavía no conocen a Cristo. Ore para que se arrepientan, sean salvos y bautizados. Esta es la voluntad del Señor… que nadie perezca (2 Pedro 3:9). Espero que sea nuestra voluntad también.