¿Cambió Dios del Antiguo Testamento al Nuevo? ¿Es Dios más violento y duro en el Antiguo Testamento que en el Nuevo?

Antiguo Testamento

A veces, la gente tiene dificultad para leer el Antiguo Testamento porque hay mucha violencia. Podrían leer cómo Dios ordenó a Israel aniquilar completamente a las naciones paganas. Estas naciones vivían en la Tierra Prometida que le fue dada a Israel.

Por ejemplo, 1 Samuel 15:3 dice:

«Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos».

Esto suena terriblemente cruel, así que:

¿por qué querría Dios que toda la nación fuera destruida, incluyendo mujeres, niños y bebes?

A veces, la Biblia no nos da razones expresas para la acción de Dios. Pero debemos confiar en Dios porque Él siempre actúa con justicia y siempre a favor del bien.

Una Buena Causa

Sólo porque no entendemos por qué Dios hace ciertas cosas, incluso cosas que nos parecen crueles, no significa que estén mal. Si no entendemos el «por qué», entonces debemos confiar en el Quién, y ese es Dios que debe tener buenas razones. Eso es suficiente para mí.

Para empezar, Dios no quería que estas naciones paganas sobrevivieran. Si algunos de ellos quedaran vivos, con el tiempo, crecerían, y habrían influido en Israel para caer en idolatría.

Los amalecitas vivían en la tierra llamada Moab, y sabemos que la religión pagana de los moabitas era la más malvada.

Sacrificaron a sus propios hijos en el fuego, y más tarde, influyeron en algunos de los reyes de Israel para que hicieran las mismas prácticas detestables.

Dios quería que estos sacrificios de niños pararan. Tal vez la razón por la que tuvo que haber tal destrucción total de estas naciones paganas fue porque Dios no quería que permanecieran en la tierra. Eventualmente, algunas de estas naciones influyeron en Israel y, como era de esperar, cayeron en la idolatría.

Nuevo Testamento

Aquellos que creen que Dios es más bondadoso y misericordioso en el Nuevo Testamento que en el Antiguo, deben leer el Libro del Apocalipsis, y leer algunas de las advertencias de Jesús sobre el juicio venidero de Dios (Apocalipsis 20:12-15).

Las palabras de Jesús deben haber quemado los oídos de los santurrones, líderes religiosos, porque les dijo:

!!Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno? (Mateo 23:33)

El Apóstol Juan escribe que «si el nombre de alguno no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue arrojado al lago de fuego» (Apocalipsis 20:15), así que ¿aún piensas que Dios es más amoroso en el Nuevo Testamento que en el Antiguo?

Juan escribe que «Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.» (Apocalipsis 21:8).

[Si hay una diferencia en el nivel de violencia, en realidad puede ser mayor en el Nuevo Testamento que en el Antiguo, porque el juicio de Dios que viene es sin fin. Por lo menos la muerte física terminó rápidamente en el Antiguo Testamento.

Yo No cambio

Dios no es como el hombre. No puede mentir. Tampoco puede cambiar. Dios no cambia, y por eso debemos estar agradecidos.

Imagínate si Dios cambiara de opinión sobre nosotros, y pensara: «Veo que Carlos se está volviendo loco ahí abajo, creo que no lo voy a salvar después de todo». Por supuesto, no hay ningún indicio de que Dios haga eso.

Jesús dice que todo aquel que cree en Él tiene vida eterna, y eso es en tiempo presente, lo que significa que ya tenemos vida eterna.

Si la perdemos, entonces no era eterna del todo, sino que Dios dice desde el cielo:

«Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.» (Malaquias 3:6).

Dios dice yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob (o Israel) no habéis consumidos. Dios no va a cambiar de opinión sobre el futuro de Israel.

Por lo tanto, Dios es el mismo en el Antiguo Testamento que en el Nuevo. Los pactos han cambiado, pero no Dios. Jesucristo es Dios, y por eso podemos decir también «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre» (Hebreos 13:8).

Jesús no cambia

Jesús no cambia porque es Dios, y Dios no cambia. Es nuestra propia percepción de lectura de la Biblia cuando pensamos que Dios ha cambiado del Antiguo Testamento al Nuevo. Dios no tiene necesidad de cambiar como nosotros.

Él es completo y perfectamente santo y sin pecado; Él es omnisciente (omnisciente), omnipresente (presente, en todas partes, siempre), y omnipotente (todopoderoso), así que ¿cómo podría ser mejor? No puedes mejorar la perfección, y Él es perfecto en todo sentido.

Dios es el mismo Dios en el Antiguo Testamento como lo es en el Nuevo Testamento. La manera en que Dios se acerca a la gente es diferente, y por un tiempo, Dios requirió sacrificios de animales para cubrir el pecado, pero realmente nunca eran quitados porque los pecados permanecian activos.

Entonces, Jesús «y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.» (Hebreos 9:12). Eso es un cambio, pero no es Dios quien cambió. Si algo es nuevo, es el Nuevo Pacto por medio de Jesucristo.

Conclusión

Puede parecer que Dios fue más duro o más violento en el Antiguo Testamento que en el Nuevo, pero Dios mismo no ha cambiado y nunca lo hará. Así pasen miles de años, Dios no cambiariá.

Si Dios creyó conveniente que las naciones paganas alrededor de Israel fueran completamente destruidas, hombres, mujeres y niños, entonces no debemos tratar de hacer juicios sobre Sus decisiones. Él es Dios. Sus caminos no son nuestros caminos y Su pensamiento es superior a nuestro pensamiento.

Él ve todo y todas las implicaciones, nosotros sólo vemos lo que está frente a nuestra cara. Dios dice que sólo yo puedo declarar «el fin desde el principio y desde la antigüedad las cosas que aún no se han hecho, diciendo:

‘Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero’ (Isaías 46:10).

¿Quiénes somos nosotros para interrogar a Dios, porque «Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado» (Isaías 14:24). Por cierto, Su plan es infinitamente mejor que el nuestro.