PERMANECIENDO JUNTO A CRISTO BÍBLICAMENTE

Si has de hablar la Palabra de Dios dentro de una nueva dimensión de autoridad, entonces tienes que pasar tiempo con Jesucristo, la Palabra Viva. Espera Su instrucción sobre lo que debes decir y hacer cada día. Permite que el poder de resurrección que está dentro de Él, corra por todo tu ser. Saca vida de Él. Es la vida contenida dentro de la Palabra escrita que te animará y te dará la fuerza para ir más allá de tus limitaciones humanas.

Métete en la Palabra de Dios y llena tu corazón y mente con ella hasta que cobre vida dentro de ti. Jesús dijo que si permanecemos unimos a Él y Sus Palabras están en nuestros corazones, podemos pedirle cualquier cosa y Él la hará:“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho” (Juan 15:7 BIBLIA REINA VALERA).

En tu lengua está el poder de la vida y de la muerte. Como vayas sometiendo tu lengua al control del Espíritu Santo y entrarás en una nueva dimensión de autoridad espiritual, podrás enfrentar con éxito al enemigo. Por hablar la Palabra de Dios en cada situación, destruirás los bastiones del infierno a través del poder del Espíritu Santo.

Por medio de las palabras que salen de tu boca, aplastarás cada barrera, obstáculo y cada obra del enemigo que te estorba de tomar posesión de las promesas de Dios. Cuando hablas la Palabra específica que Dios te manda decir, será un arma poderosa e indestructible en tu boca que obligará al enemigo a replegarse de tu vida y de tus circunstancias. ¡El escrito está tiene poder!

No más estés a la defensiva, huyendo, con miedo e intimidado por Satanás. Dios te ha dado a ti la misma unción del Espíritu Santo como se la dio a Cristo. Por medio del Espíritu Santo tienes el mismo poder y autoridad que tiene Jesús sobre todo el poder del enemigo. Tienes la Palabra Viva dentro de ti y Dios te ha dado la Palabra eterna, todopoderosa, viva e infalible para anunciar. Por medio de ella, podrás derribar los bastiones de Satanás y cumplir los propósitos de Dios en el mundo.

La Palabra no ha cambiado desde el día en el cual Dios la habló y creó el universo.“Para siempre, oh Jehová, Permanece tu palabra en los cielos” (Salmo 119:89 Biblia Reina Valera). 

La Palabra de Dios no es un producto del tiempo, sino de la eternidad. Es eterna e inmutable. La Palabra de Dios que está en tu boca hoy es la misma Palabra que Jesús habló cuando abrió los ojos ciegos, curó a los paralíticos y expulsó demonios. La Palabra de Dios que está en tu boca no puede ser destruida, no puede ser derrotada, y no puede ser atada.

Antes de terminar tu tiempo de reflexión, escoge varias escrituras que corresponden a los desafíos que enfrentas hoy y entonces declara esta Palabra sobre tus circunstancias. En vez de palabras de derrota, habla la victoria de la Palabra de Dios sobre tu necesidad.