Movimiento de Jesús: Todo Es Sobre Jesús

«Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado». (1 Corintios 2:1-2)

El mensaje del Evangelio se ha vuelto un poco confuso en estos días con toda la atención que se presta a la política, los valores morales y las guerras culturales, y mucha gente ha perdido la noción de que todo se trata de Jesús. Pregúntale a alguien de la calle quien es un cristiano hoy en día y es probable que demores mucho tiempo hasta que oigas algo sobre Jesús o la cruz. Nuestro mensaje, de principio a fin, es Jesús – quién era, qué dijo y qué hizo.

El último avivamiento reconocido en América aconteció primero en los Estados Unidos, y fue encabezado principalmente entre los jóvenes llamados de baby boom a principios de la década de 1970. A estos jóvenes rápidamente les apodaron: movimiento de Jesús. Recibieron ese nombre porque todo se centraba en Jesús. Si lo recordamos bien, Jesús era el hippie por excelencia -llevaba el pelo largo, sandalias y estaba en contra de lo establecido- y una generación de jóvenes con ideología abrazó a Cristo, aunque rechazara la religión y la iglesia convencional.

Jesús fue la figura central de todo esto. Lo que ahora se llama música cristiana se llamaba originalmente música de Jesús. A los cristianos se les llamaba fanáticos de Jesús. No estoy diciendo que todos regresemos a las camisetas teñidas, los pantalones de campana y el rock de Jesús, pero sí sugiero que podríamos aprender algo de este énfasis que trasciende la política y la religión.

Nuestro mensaje es sobre una persona (Jesús), y nuestra misión es compartir esa persona con el mundo. Dios nos creyó para ser suyos; nos alejamos; Jesús es el camino de vuelta. Toda una generación de jóvenes lo descubrió hace 30 años y nada ha cambiado en el corazón del mensaje del evangelio. Es un mensaje personal. No es amenazante.

Se trata de una relación personal con Dios que llega a alguien a través de una relación personal con ellos. No hay mucho que decir aquí. Nuestra principal preocupación es presentarnos a la gente y, al hacerlo, presentarles a Jesús, porque, en lo que a nosotros respecta, de eso se trata el evangelio.

Jesús vino para salvarnos, a unirnos y a enseñarnos a amarnos unos a otros. Hemos añadido muchas otras cosas a esto y no estoy seguro de que nos ayude a hacer lo que se supone que debemos hacer. Si te hace más amoroso con tu prójimo, entonces probablemente sea algo bueno. Si te convierte en el enemigo de tu vecino, entonces probablemente no lo sea. Pero, si se trata de Jesús, entonces es definitivamente lo «correcto».