Todo fue creado por medio de él y para él. ¿Qué Dice La Biblia?

Comprender este principio bíblico es fundamental: La vida cristiana, la iglesia y nuestra fe no colocan el énfasis en nosotros; tratan sobre Él; de Su propósito, Su reino, Su gloria. Mira lo que dice el libro de Colosenses:

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten (Colosenses 1:16-17).

En realidad, esta es la batalla más importante. Para nadie es algo inconsciente. Esto ocasiona vidas terribles y relaciones tóxicas que no edifican. Es lo que pervierte nuestros pensamientos y roba nuestros deseos. Pero, a su vez, fortalece nuestra necesidad de la gracia. Esta es una guerra de la cual no podemos escapar. Este es el lugar donde diez de cada diez necesitan ser rescatados. Esta es la lucha que Dios pelea a nuestro favor, para ayudarnos a recordar que la vida no trata solo de nosotros, trata de Dios, de Su propósito, Su reino y Su gloria.

Por esta razón, las primeras palabras de la Biblia son tan importantes: “En el principio Dios”. ¿Por qué son tan importantes? Porque estas palabras cambian todo, desde la forma como piensas sobre tu identidad, tu significado y tu propósito, hasta la forma como realizas las tareas más simples en tu vida. Todo lo creado fue hecho por Dios y para Dios.

Absolutamente, todas las «glorias» de este planeta fueron creadas para mostrar Su gloria. El universo funciona para glorificar su nombre y cumplir con sus planes y propósitos. Nosotros estamos incluidos aquí. No fuimos creados para vivir vidas independientes. No fuimos creados para existir conforme a nuestros pequeños planes egoístas, viviendo para nuestros propios momentos de gloria. ¡No! ¡Fuimos creados para vivir para Dios!

¿Dónde la vida cristiana debe mostrarse según la Biblia?

No solo en la dimensión religiosa de nuestras vidas, sino en cada aspecto de nuestra existencia. El grande apóstol Pablo lo explica de la mejor forma: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31).

Cuando el apóstol Pablo piensa en el llamado de vivir siempre para la gloria de Dios, no solo está pensando en los momentos más fantásticos y espirituales de la vida. Él también se refiere a las tareas más simples e insignificantes de la vida, las cuales deben ser hechas y guiadas por un deseo profundo de que sean siempre para la gloria de Dios. Ahora, no sé tú, pero yo, en los afanes diarios de la vida, a veces pierdo de vista la existencia de Dios, ¡y más aún la verdad que todo es para Su gloria!

Que maravilloso sería comenzar este año, aceptando que no hay nada menos natural para nosotros que vivir para la gloria de otro. Eso está embutido en la vieja criatura. Aceptar esto nos lleva a esperanza de Cristo. Dios lo sabía muy bien, que nosotros no podíamos jamás vivir de esta manera, así que envió a Jesús a vivir la vida que no podías vivir. Morir por ti y resucitar al tercer día, venciendo sobre el pecado y la muerte por ti.

Dios no hizo esto solo para perdonarte y que buscarás tu propia gloria, sino para que tuvieras a disposición, toda la gracia necesaria para vivir para Su gloria. Así que, cuando reconoces que necesitas ayuda, Dios te muestra su provisión, Jesucristo el Señor, por lo tanto, agarra esta esperanza y Su rescate para tu vida el día de hoy, y vive para Su gloria en el nombre de Jesús. Amén.

Quiero dejarte como reflexión el Salmo 115, por favor reflexiona en este texto y deja tus comentarios:

Salmos 115

1 No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad.

2 ¿Por qué han de decir las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios?

3 Nuestro Dios está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho.

4 Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres.

5 Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven;

6 Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen;

7 Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta.

8 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.

9 Oh Israel, confía en Jehová; El es tu ayuda y tu escudo.

10 Casa de Aarón, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo.

11 Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo.

12 Jehová se acordó de nosotros; nos bendecirá; Bendecirá a la casa de Israel; Bendecirá a la casa de Aarón.

13 Bendecirá a los que temen a Jehová, A pequeños y a grandes.

14 Aumentará Jehová bendición sobre vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros hijos.

15 Benditos vosotros de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra.

16 Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra a los hijos de los hombres.

17 No alabarán los muertos a JAH, Ni cuantos descienden al silencio;

18 Pero nosotros bendeciremos a JAH Desde ahora y para siempre. Aleluya.