¿Por qué Debo Conocer A Cristo?

A fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte, si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos (Filipenses 3:10-11).

¿Sabías que la parte del cerebro que reconoce rostros se llama surco temporal? Un grupo de científicos asegura que el cerebro tarda 200 días en desarrollar la parte encargada del reconocimiento facial. Esto nos permite conocer a las personas cuando las vemos.

El Apóstol Pablo habla de su deseo de “conocerle” a Cristo en el versículo de hoy, pero esto significa más que simplemente reconocer Su rostro como lo hace nuestro cerebro. Antes de ese día en el camino a Damasco, el apóstol conocía solo las obras de Jesús. Pero como creyente, Pablo llegó a conocer a Jesús como el Cristo de una manera muy personal, a partir de allí su vida fue totalmente transformada.

En el versículo 10, Pablo se enfoca en dos partes de la obra salvadora de Cristo, su muerte y resurrección, pero en orden inverso. Primero, habla del “poder de su resurrección”. La resurrección de Cristo es prueba de que Dios aceptó el sacrificio de Cristo en nuestro favor. Jesús “el cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Romanos 4:25). La resurrección de Cristo es la fuente de nuestro poder espiritual. El mismo Espíritu Santo que resucitó a Jesús de entre los muertos es el que nos da poder para vivir la vida cristiana (Romanos 8:11).

Cuando Pablo dice que su deseo es “de alguna manera” llegar a la resurrección de los muertos en el versículo 11, no quiso decir que no estaba seguro de si resucitaría de entre los muertos. Estaba enfatizando su determinación de vivir en Cristo. La ambición de Pablo era vivir la nueva vida que Cristo trajo a través de Su muerte y resurrección. Debido a la muerte de Cristo, Pablo pudo decir no al pecado, así como la resurrección del Salvador le dio poder para obedecer a Dios. Conocer a Cristo implica mucho más que simplemente comprender sus obras. Conocer a Cristo es vivir en el poder de Su resurrección.

Hoy encontrarás oportunidades, enfrentarás luchas y experimentarás tentaciones. La pregunta que tienes ante ti no es si el poder de Dios estará presente en esos momentos, sino si confiarás en él o no.

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Ora conmigo, Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. (Isaías 40:29). Dios, nos volvemos a Ti en nuestra debilidad. Recuérdanos que “los que esperan en el Señor tendrán nuevas fuerzas” (Isaías 40:31).