Significado De La Decadencia Espiritual Según La Biblia En El Libro de Jueces 1-3

«Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel» (Jueces 2:10).

Existe una causa y efecto tanto en el mundo espiritual como en el mundo físico. La causa o razón de que la siguiente generación no conociera y sirviera a Dios radicaba en la falta de obediencia de sus padres.

Unos siglos atrás, Dios prometió a Abraham que su descendencia poseerían Canaán. Al mando de Josué, esa descendencia, los israelitas, tomaron la Tierra Prometida. En una extensa guerra, Josué destruyó el poder de las ciudades cananeas y dividió la tierra entre las tribus de Israel. Pero aún había focos de resistencia; zonas ocupadas por los diversos grupos étnicos que se habían asentado en Canaán mucho antes. Cada tribu hebrea era responsable de expulsar a los cananeos que quedaban a medida que su población crecía y su pueblo necesitaba más tierra. Pero había un requisito. Los cananeos debían ser exterminados o expulsados de la tierra, para que su religión pagana no pervirtiera al pueblo elegido de Dios.

El Libro de los Jueces cuenta con detalles la trágica historia de un pueblo que ha sido bendecido por Dios, pero que pierde su futuro por su falta de obediencia.

Judá atacó fielmente a los cananeos que quedaban en su territorio (Jueces 1:1-26). Pero otras tribus no lograron expulsarlos (Jueces 1:27-36). Dios no dio más ayuda a su pueblo desobediente (Jueces 2:1-5). Las siguientes generaciones se volvieron a los ídolos y se casaron con los cananeos, causando la decadencia nacional. Incluso los jueces que Dios nombre vivieron con compromiso, sin integridad, para con Dios (Jueces 2:6-23).

«Y Jehová estaba con Judá» (Jueces 1:1-26).

Después de la muerte de Josué, la tribu de Judá demostró que seguía teniendo fe en Dios. Atacó audazmente a los cananeos que aún quedaban en su territorio. Las victorias que obtuvieron deberían haber animado a todo Israel.

Una de las cosas más importantes que podemos hacer para fortalecer nuestra fe es leer las biografías de hombres de Dios. Aunque hoy en día no se publican con frecuencia, las historias de vida de hombres y mujeres de fe pueden inspirarnos y animarnos. Este tipo de publicaciones pueden profundizar nuestra conciencia de lo que Dios es capaz de hacer a través de las personas que le creen.

Si el resto de las tribus de Israel hubieran aprendido de la experiencia de Judá, los siguientes cientos de años de la historia de Israel podrían haber sido diferentes.

La arqueología confirma la imagen del Antiguo Testamento de los israelitas confinados en la región montañosa de Canaán (Jueces 1:19). En las tierras bajas, los ejércitos de carros cananeos parecían demasiado fuertes para que los temerosos israelitas los atacaran. Los carros como este eran los tanques de la guerra antigua. En esta época se usaban para atacar directamente y aplastar formaciones de soldados a pie.

«El cananeo persistía en habitar en aquella tierra» Jueces 1:27-36.

Las otras tribus no siguieron el ejemplo de Judá. Dudaron en atacar a los cananeos en su territorio. Los cananeos estaban más decididos a quedarse que Israel, a obedecer a Dios y expulsarlos. Esta vacilación en obedecer a Dios condujo a la desobediencia directa. Cuando Israel se hizo fuerte, en lugar de atacar a los cananeos, simplemente los esclavizó. Cualquier falta de obediencia es un paso hacia la plena desobediencia.

«Sino que serán azotes para vuestros costados, y sus dioses os serán tropezadero» Jueces 2:1-5.

Dios confrontó a Israel con el pecado de desobediencia y pronunció juicio. Él quitaría su apoyo. Ahora Israel no podría expulsar a los cananeos.

En la vida espiritual, el «no podré» se convierte rápidamente en «no puedo».

«Y se encendió contra Israel el furor de Jehová» Jueces 2:6-23.

El autor de Jueces inyecta ahora un resumen que traza una secuencia de acontecimientos que se repitió a lo largo de esta época. Cada elemento del ciclo puede verse en la mayoría de los relatos de los jueces que se encuentran en este libro.

La evaluación general del período se expresa con mucha fuerza en el libro de Jueces 2:19.

«Mas acontecía que al morir el juez, ellos volvían atrás, y se corrompían más que sus padres, siguiendo a dioses ajenos para servirles, e inclinándose delante de ellos; y no se apartaban de sus obras, ni de su obstinado camino». Cada ciclo vio al pueblo de Dios alejarse aún más del Señor, y lo sometió a juicios aún más severos.

La vida cristiana normal está destinada a ser un camino sin interrupciones en nuestra comunión con el Señor. Aquellos que ven la experiencia cristiana como un ciclo de pecado, confesión, restauración, obediencia temporal y pecado de nuevo, no han entendido el mensaje de este libro del Antiguo Testamento. Cada vez que elegimos aventurarnos en el pecado, es probable que vayamos más lejos. Dios siempre está dispuesto a llevarnos de vuelta al camino del bien. Pero el pecado acabará endureciendo nuestros corazones siempre contra Él.

«Y clamaron los hijos de Israel a Jehová» (Jueces 3:12-31).

El libro de Jueces 3:1-31 esboza brevemente la historia de dos de los primeros jueces. Nota que cada historia incorpora todos los elementos del ciclo esbozado a continuación:

1) PECADO (Jueces 3:7 – Jueces 3:12).

2) SERVIDUMBRE (Jueces 3:8 – Jueces 3:13-14).

3) SÚPLICA O CLAMOR (Jueces 3:9 – Jueces 3:15).

4) SALVACIÓN (Jueces 3:9-10 – Jueces 3:13-29).

5) SILENCIO (Jueces 3:11 – Jueces 3:30).

Podemos romper ciclos como este en nuestras vidas solo resistiendo la tentación de pecar.

CICLO DE ACONTECIMIENTOS DE LA DECADENCIA ESPIRITUAL

PECADO (Jueces 2:11-13).
Los israelitas recurren a la adoración de Baal y a la inmoralidad.

SERVIDUMBRE (Jueces 2:14-15).
Las naciones extranjeras derrotan y oprimen a Israel.

SÚPLICA O CLAMOR (Jueces 2:15).
Bajo opresión, Israel confiesa pecado, ora.

SALVACIÓN (Jueces 2:16).
Dios levanta jueces para liberar a su pueblo.

SILENCIO (Jueces 2:18).
Durante su vida, el juez mantiene a Israel más o menos fiel al Señor.

UN DEVOCIONAL PRÁCTICO SOBRE LA DECADENCIA ESPIRITUAL

El crecimiento de la próxima generación (Jueces 2:1)

¿Alguna vez te has topado con uno de esos refranes diseñados para hacer sentir culpables a los padres? ¿Como: «Según se dobla la rama, así crece el árbol»? ¿O «La manzana nunca cae lejos del árbol»?

Personalmente, no me lo creo. Cada persona es responsable de sus propias decisiones. No puedo atribuirme el mérito de las decisiones santas de mis hijos adultos. Y tampoco soy responsable de sus decisiones equivocadas o tontas. Pero este pasaje, como tantos otros de los primeros libros del Antiguo Testamento, deja claro que cada generación influye en la siguiente. Aquí el texto nos dice que «Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel» (Jueces 2:10). De alguna manera, toda una generación había fracasado a la hora de comunicar a la siguiente la realidad de su experiencia con Dios.

Si te preguntas por qué fracasaron, la respuesta está justo ahí, en Jueces 1:1-36 de este libro del Antiguo Testamento. Tras la muerte de Josué, solo Judá mostró confianza en Dios y se enfrentó al enemigo cananeo. Los demás dudaron, y tuvieron miedo. Y cuando, por la fuerza de su creciente número, vencieron a los cananeos, en lugar de expulsarlos, los israelitas los esclavizaron. Los padres no confiaron en Dios, desobedecieron a Dios. Y sus hijos «no conocieron al Señor ni lo que había hecho por Israel».

Tú y yo no podemos garantizar que nuestros hijos conozcan al Señor o vivan para Él. Pero si confiamos en Dios lo caminando según Su Palabra, si somos obedientes en nuestra vida diaria, nuestros hijos nunca podrán decir de Dios: «No lo conocí.»

La realidad de quién es Dios se muestra en la fe que los padres ponen en práctica, y en su obediencia a la Palabra de Dios.

No hay nada más importante que podamos hacer por nuestros hijos que amar, confiar y obedecer al Señor.