VIVIENDO COMO UN SIGNO DE EXCLAMACIÓN, NO COMO EL SIGNO DE PREGUNTA: EXPERIMENTANDO LA PLENITUD DE LA VIDA EN CRISTO

Había una vez un hombre llamado David, quien solía vivir una vida llena de quejas y lamentaciones. Cada día, encontraba algo negativo en su vida y en las personas que lo rodeaban. Siempre se enfocaba en lo que no tenía en lugar de apreciar lo que ya había recibido. Sus palabras y actitudes negativas se habían convertido en un patrón constante en su vida, afectando tanto su relación con Dios como sus relaciones con los demás.

Un día, mientras caminaba por el bosque, David se encontró con un anciano sabio. Este anciano irradiaba alegría y paz, a pesar de las dificultades que había enfrentado en su propia vida. David se sintió atraído por la serenidad y la actitud positiva del anciano, por lo que decidió acercarse y entablar una conversación.

El anciano sabio sonrió y le dijo: «Hijo mío, he observado cómo cargas con el peso de las quejas y las preguntas de por qué en tu vida. Permíteme compartir contigo un secreto: vivir como una exclamación en lugar de una pregunta puede transformar tu existencia».

Intrigado, David preguntó al anciano sabio qué quería decir con eso. El anciano le explicó: «Vivir como una exclamación significa abrazar cada día como un regalo, apreciando las bendiciones que tienes y encontrando alegría en las pequeñas cosas. Es vivir con gratitud y entusiasmo, reconociendo la mano amorosa de Dios en cada aspecto de tu vida».

David reflexionó sobre estas palabras y se dio cuenta de que había estado perdiendo de vista la belleza y las oportunidades que Dios le había dado. Comenzó a cambiar su mentalidad, agradeciendo a Dios por cada nuevo amanecer y por las bendiciones que había recibido.

A medida que David adoptaba una actitud de gratitud y gozo, notó un cambio poderoso en su vida. Su relación con Dios se fortaleció, encontró propósito en cada día y sus relaciones con los demás mejoraron. La paz y la alegría llenaron su corazón, y la negatividad y las quejas se desvanecieron.

La Palabra de Dios nos recuerda en Filipenses 2:14-15: «Haced todo sin murmuraciones ni discusiones, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo». Esta es una exhortación poderosa para vivir una vida que refleje la luz de Cristo en lugar de estar envuelta en quejas y negatividad.

Vivir como una exclamación requiere un cambio de mentalidad y una entrega constante a Dios. Significa reconocer que cada día es una oportunidad para experimentar la plenitud de la vida en Cristo. No implica ignorar las dificultades y los desafíos, sino abordarlos desde una perspectiva de fe y confianza en Dios, sabiendo que Él tiene el control y puede obrar todas las cosas para nuestro bien.

Así que te desafío hoy a vivir como una exclamación. Despídete de las preguntas dudosas constantes y abraza la vida con gratitud, gozo y expectativa. Permítele a Dios transformar tu actitud y verás cómo su amor y fidelidad se manifiestan en cada área de tu vida.

¡Que tu vida sea una exclamación de fe, esperanza y amor en medio de un mundo que anhela experimentar la plenitud de Dios!