Romanos 5:9 «Justificados ya por su sangre…»

En este devocional, veremos la diferencia entre nuestra posición y nuestra condición en Cristo. A través de las Escrituras, descubriremos como Dios nos ve y acepta en su Hijo Jesucristo, y cómo el Espíritu Santo trabaja en nosotros para transformar nuestra condición a medida que nos acercamos a la imagen de Cristo.

Hay 4 cosas que debemos aprender Sobre Nuestra Posición y Condición En Cristo

1) La posición en Cristo:

En Romanos 5:8-9, encontramos un hermoso recordatorio del amor de Dios hacia nosotros. A pesar de ser pecadores, Cristo murió por nosotros para justificarnos y reconciliarnos con Dios. Esta es nuestra posición en Cristo: somos justificados y aceptados por la obra redentora de Jesús en la cruz. Dios nos ve sin mancha y nos considera justos en Cristo (2 Corintios 5:21).

2) La diferencia entre posición y condición:

Es esencial comprender la diferencia entre nuestra posición y nuestra condición en Cristo. Nuestra posición se refiere a cómo Dios nos ve y nos trata a través de la obra de Cristo. Somos declarados, justos y santos en su presencia. Por otro lado, nuestra condición se refiere a nuestra experiencia diaria y nuestra lucha contra el pecado. Aunque podemos fallar y cometer errores, nuestra posición en Cristo permanece inmutable.

3) El trabajo del Espíritu Santo:

El Espíritu Santo juega un papel vital en nuestra vida cristiana. En 2 Corintios 3:18, se nos enseña que el Señor, que es el Espíritu Santo, nos transforma gradualmente a la imagen de Cristo. El Espíritu Santo trabaja en nosotros para que nuestra condición se asemeje cada vez más a nuestra posición en Cristo. Esto implica que somos llamados al arrepentimiento y a la transformación constante a medida que seguimos a Cristo.

4) La importancia del arrepentimiento y la limpieza:

El Espíritu Santo nos lleva de vuelta al lugar del arrepentimiento donde somos limpiados y restaurados. Reconocer nuestros errores y pecados, y arrepentirnos de ellos, nos permite experimentar la gracia y la renovación de Dios. A medida que nos acercamos a Dios en arrepentimiento, nuestra condición es transformada y nos volvemos más semejantes a Cristo.

Debemos entender que, nuestra posición en Cristo es segura y firme. Dios nos ama y nos acepta tal como somos, pero también desea transformar nuestra condición para que se asemeje cada vez más a la imagen de su Hijo. A través del trabajo del Espíritu Santo y nuestro continuo arrepentimiento, experimentaremos un crecimiento espiritual y una mayor semejanza a Cristo en nuestra vida diaria.

Recordemos que, aunque nuestra condición puede cambiar y fluctuar, nuestra posición en Cristo permanece inmutable. Busquemos diariamente la guía y el poder del Espíritu Santo para que nuestra condición se alinee con nuestra posición en Cristo.

Versículos Bíblicos para meditar sobre este devocional: 1 Reyes 14-15, Mateo 14:1-12, Salmos 117, Proverbios 12:20-22