En un giro sorprendente, un gran número de fieles ha dejado de asistir a los servicios religiosos en persona para verlos en directo. Esta tendencia, aunque polémica, ha despertado debates acerca de la validez y utilidad de esta nueva forma de participación religiosa.

Según un revelador estudio realizado por Lifeway Research, un asombroso 39% de fieles protestantes confesaron haber optado por ver servicios en directo en lugar de asistir físicamente a un lugar de culto en más de cinco ocasiones durante el último año. Por otro lado, un 20% admitió no haber participado en ningún servicio en directo en el mismo periodo.

La frecuencia con la que los fieles sintonizan servicios religiosos en directo ha disminuido en comparación con el auge observado durante la pandemia. En febrero de 2021, el 32% de los asistentes a la iglesia veía estos servicios en directo al menos 18 veces al año, pero actualmente esa cifra se ha reducido a un 15%. Pero, es importante destacar que aquellos que optan por esta modalidad aún son cuatro veces más propensos a ver los servicios en línea que antes de la pandemia, cuando apenas representaban un 4% (en 2019).

El estudio reveló que la edad y el origen étnico juegan un papel valioso en la tendencia de no ver servicios en directo. Los fieles de entre 50 y 64 años (27%) y los mayores de 65 años (26%) son más propensos a no haber visto ningún servicio en directo en lugar de asistir personalmente durante el último año, en comparación con los fieles más jóvenes de entre 18 y 34 años (13%) y de entre 35 y 49 años (12%). Además, los fieles de origen étnico blanco (23%) tienen más probabilidades de no haber sintonizado ninguna transmisión en directo en comparación con los afroamericanos (13%).

«La pandemia provocó un aumento significativo en la cantidad de iglesias que ofrecen servicios religiosos en directo, pero algunos de estos espectadores resultaron ser solo temporales», declaró Scott McConnell, director ejecutivo de Lifeway Research. «Los afroamericanos fueron especialmente afectados por la COVID-19, y sus iglesias permanecieron cerradas durante más tiempo. Por lo tanto, no es sorprendente que hayan mantenido una mayor presencia en línea».

En términos denominacionales, los bautistas (22%), los luteranos (28%) y los fieles no confesionales (22%) son los más propensos a no haber visto servicios en directo en lugar de asistir personalmente durante el último año. Además, aquellos que asisten con mayor frecuencia a los servicios religiosos (al menos cuatro veces al mes) son más propensos a tomar esta decisión en comparación con los que asisten de una a tres veces al mes (24% frente a 15%).

¿Cuándo se considera una alternativa válida ver un servicio en directo en lugar de asistir en persona? Los fieles tienen sus propias opiniones al respecto. La mayoría considera que ver un servicio en directo es una opción válida cuando están enfermos o cuidando a alguien enfermo (69%), mientras que casi la mitad cree que es válido cuando están de viaje (48%). Alrededor del 38% cree que ver servicios en directo es aceptable cuando viven demasiado lejos para asistir a la iglesia en persona. Más aún, menos del 30% piensa que las transmisiones en directo son válidas cuando alguien que no asiste quiere aprender más sobre la iglesia o sus enseñanzas (29%), cuando alguien simplemente quiere ver los servicios en línea (26%) o cuando se levantan tarde (24%). Por último, un 7% opina que ninguna de estas ocasiones es un sustituto válido de la asistencia en persona.

En comparación con 2019, menos fieles consideran ahora que ver servicios en directo es una opción válida cuando están enfermos o cuidando a alguien enfermo (76% frente a 69%), cuando están de viaje (60% frente a 48%), cuando viven demasiado lejos para asistir (45% frente a 38%) y cuando se levantan tarde (36% frente a 24%).

«Un cuarto de los fieles considera que cualquier razón es válida para ver servicios en directo, pero a medida que ganan más experiencia con esta forma de participación, son menos propensos a utilizarla como sustituto de la asistencia en persona», afirma McConnell.

Los fieles de mayor edad (mayores de 65 años) son los más propensos a considerar válido ver un servicio en directo cuando están enfermos o cuidando a alguien enfermo (79%), pero son los menos propensos a considerarlo válido cuando se levantan tarde (12%) o cuando alguien quiere ver la transmisión en línea (19%). Además, son menos propensos a considerarlo válido cuando viven demasiado lejos (31%).

Las creencias religiosas también influyen en esta discusión entre los asistentes a la iglesia. Aquellos que tienen creencias evangélicas son más propensos que aquellos que no las tienen a considerar que ver servicios en directo es una alternativa válida cuando están enfermos o cuidando a alguien enfermo (75% frente a 65%). No obstante, son menos propensos a considerarlo válido cuando viven demasiado lejos para asistir (31% frente a 43%) o cuando alguien quiere ver los servicios en línea (23% frente a 29%).