Hoy quiero reflexionar sobre un estudio reciente que revela el sorprendente «bajo uso de la Biblia» entre los protestantes y católicos en Alemania. Según los teólogos de la Universidad de Leipzig, solo el 1,6% de la población alemana lee la Biblia al menos una vez al día, y solo el 3,2% la lee todas las semanas, a pesar de que la mitad de la población se identifica como protestante o católica.

Este hallazgo es preocupante, especialmente considerando la historia religiosa de Alemania y su relación con el protestantismo, siendo el hogar de Martín Lutero y la Reforma. Los investigadores señalan que es sorprendente que el uso de la Biblia sea tan bajo entre aquellos que se identifican con estas tradiciones religiosas.

El estudio, realizado por el profesor Gert Pickel y el profesor Alexander Deeg de la Universidad de Leipzig, fue una encuesta representativa que incluyó a 1209 alemanes con y sin vínculos con la iglesia. Esta investigación es la primera de su tipo en Alemania y proporciona información valiosa sobre la lectura y la importancia de la Biblia en la sociedad actual.

Es interesante observar que el estudio revela que un tercio de los encuestados se identificaron como no confesionales, otro tercio como protestantes y el último tercio como católicos. Sin embargo, menos de un tercio de los encuestados afirma abrir las Escrituras aproximadamente una vez al año.

El estudio también encontró que una abrumadora mayoría de aquellos que no leen la Biblia no consideran los temas bíblicos relevantes para su vida personal. Aunque, incluso entre los no lectores, el 63% todavía cree que las Escrituras son una fuente de normas y valores fundamentales para la sociedad.

Es importante destacar que el estudio no indica que el número de lectores de la Biblia haya disminuido, sino la frecuencia de uso. Además, se señala que la mayoría de la exposición a la Biblia ocurre durante la infancia y adolescencia, lo que hace que los primeros encuentros con las Escrituras más allá de esas etapas sean poco frecuentes.

A pesar de estos resultados, hay un rayo de esperanza. El estudio destaca el interés sorprendentemente alto de las personas en el contenido bíblico. Esto puede ser una oportunidad para una mayor innovación en la forma en que presentamos las Escrituras a aquellos que están fuera de las paredes de la iglesia. Proyectos como el Proyecto 929 en Israel, donde una comunidad lee diariamente los capítulos de la Biblia hebrea y luego los analiza a través de una aplicación móvil, podrían ser inspiradores para desarrollar nuevas formas de acercar la Palabra de Dios a las personas.

Como pastores y líderes de la iglesia, es nuestro deber fomentar el estudio y la comprensión de la Biblia entre los creyentes. Debemos ser creativos en la forma en que presentamos las Escrituras, utilizando recursos modernos y adaptándonos a los cambios culturales. Esto puede incluir el uso de aplicaciones móviles, grupos de estudio bíblico en línea y otras herramientas que nos permitan llegar a las personas en su vida cotidiana.

También es fundamental recordar que nuestra responsabilidad como creyentes no se limita solo a nuestra propia lectura de la Biblia. Debemos compartir el mensaje de las Escrituras con aquellos que nos rodean, especialmente con las generaciones más jóvenes. Debemos aprovechar las oportunidades en las escuelas, en las actividades de la iglesia y en nuestras familias para transmitir el conocimiento y el amor por la Palabra de Dios.

Además, este estudio nos invita a reflexionar sobre nuestra propia relación con la Biblia. ¿Cuánto tiempo dedicamos a su lectura y estudio en nuestras vidas diarias? ¿La consideramos realmente relevante y aplicable a nuestra vida personal? Estas preguntas nos desafían a evaluar nuestra propia disciplina espiritual y a renovar nuestro compromiso con la Palabra de Dios.

Queridos hermanos y hermanas, el bajo uso de la Biblia entre los protestantes y católicos en Alemania es un recordatorio para todos nosotros de la importancia de mantener viva nuestra conexión con las Escrituras. La Biblia es la Palabra de Dios, una fuente de sabiduría, dirección y transformación. Nos guía en nuestro caminar con Cristo y nos equipa para vivir vidas santas y con propósito.

Oremos para que el Espíritu Santo avive en nosotros un amor profundo por la Palabra de Dios. Que nos inspire a dedicar tiempo diario a su lectura y estudio, y a compartirla con aquellos que nos rodean. Que nuestra generación sea conocida por su pasión y compromiso con las Escrituras, y que impactemos nuestras comunidades con la verdad transformadora de Dios.

Que el Señor nos guíe y nos fortalezca en este propósito, y que Su Palabra resuene en nuestros corazones y acciones. Que la lectura y el estudio de la Biblia se conviertan en una fuente constante de revelación y crecimiento espiritual en nuestras vidas.

En el nombre de Jesús, el Verbo encarnado y la Palabra viva, amén.