La fe que salva perdura en la Biblia

Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano (1 Corintios 15:1-2). 

Tomar posición implica que haya oposición, como la que enfrentaron los filipenses, a quienes Pablo escribió:

“Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios” (Filipenses 1:27-28).

Así que, considera qué oposición estás dispuesto a afrontar a la luz del Evangelio. ¿Cómo adoptarás una postura? Escucha bien esto y guárdalo en tu corazón:

El Valor siempre transmite convicciones.

Pastor Carlos Vargas

Ahora bien, la fe que salva es la fe que perdura, como dijo Jesús:

“Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo” (Marcos 13:13).

¿Cómo sabemos que hemos llegado a participar de Cristo?

Mira lo que dice el libro de Hebreos:

“Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio” (Hebreos 3:14). 

Ahora, de los que abandonan la fe está escrito:

“Si hubieran sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros; pero su marcha demostró que ninguno de ellos era de los nuestros” (1 Juan 2:19b).

La fe que no permanece es vana, inútil, sin valor para salvación. De los que se apartan de la fe también el apóstol Pedro dice:

“Su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado” (2 Pedro 2:20b-21).