«El espíritu de Jacob, su padre, revivió» (Génesis 45:27 RVA).

El sueño y la esperanza de Jacob habían desaparecido con el tiempo, y el diablo se había encargado perfectamente de borrarlo de su corazón. Mira lo que dice el libro de proverbios: La esperanza que se demora es tormento del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido (Proverbios 13:12).

El corazón de Jacob vivía atormentado por ese sueño o esperanza no cumplida. Más, el Dios que vive nunca olvido y mantuvo el sueño vivo y trabajando para su realización, aun cuando parecía que nada estaba sucediendo.

Si el sueño que crees que Dios te dio parece muerto y tu corazón está atormentado, lee conmigo este pasaje de la escritura: «Y le dieron la noticia diciendo: —¡José vive aún! Él es el gobernador de toda la tierra de Egipto. Pero él se quedó pasmado, porque no les podía creer. Pero… al ver las carretas que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob, su padre revivió» (vv. 26-27 RVA).

Durante años, Jacob creyó que su hijo, el soñador, había muerto. Pero esto era mentira del infierno. Cuando él ya estaba viejo, llegaron carros cargados de riquezas para llevarlo a ver a su hijo, que ahora era el príncipe de Egipto. Cuando Jacob lo oyó por primera vez, «no les creyó» (v. 26). Cuando has vivido en la derrota, el desánimo y el tormento durante años, es difícil anticipar y ver la victoria en la puerta de tu casa. No hay problema; Dios entiende y es paciente. Él seguirá trabajando contigo y no te dejará. Él demostrará Su gracia y bondad, de tal manera que comenzarás a confiar en Él nuevamente: «Cuando vio las carretas que José enviaba para llevarlo, el espíritu de Jacob, su padre revivió» (v. 27 RVA).

No permitas que la sombra del desánimo oscurezca la luz de tus sueños. La creencia en la edad como un obstáculo es solo un engaño, porque nuestro Dios es el dador de sueños y el maestro de los capítulos finales. Joel nos recuerda que, incluso en la madurez, nuestros corazones pueden ser nidos espirituales de sueños divinos: «Vuestros ancianos [y ancianas] soñarán sueños» (Joel 2:28).

Así como Dios no limitó sus maravillas en la vida de Jacob a sus primeros años, tampoco establece límites en los últimos capítulos de tu historia. Rechaza la mentira que susurra que ya es demasiado tarde. Dios no solo nos da sueños, sino que tiene el poder de revivirlos y capacitarnos para alcanzarlos. No importa cuán avanzada sea la etapa de tu vida, tu tiempo para cumplir el propósito divino no ha expirado.

Entonces, levántate con renovada esperanza, sabiendo que el Autor de tu historia aún tiene capítulos sorprendentes por escribir. Y puede colocar mucho más en tu final que en tu principio. Dios es experto en transformar los aparentes finales en gloriosos comienzos. ¡No hay límite en lo que Él puede hacer en y a través de ti!