Cuando trabajaba en IBM, me encontré con una situación curiosa. Muchos colegas parecían estar en sintonía con algo que yo desconocía por completo. Hablaban sobre una palabra en inglés, «Mindfulness», como si fuera un secreto bien guardado o un ritual mágico para mantener el enfoque. Me sentía como un pez fuera del agua, perdido en los mares de la ignorancia.

Curioso por esta palabra que parecía ser tan importante para mis colegas, comencé a investigar más sobre el tema. Descubrí que «mindfulness» es una práctica que ha ganado popularidad culturalmente hace décadas, pero no es ajena a la Biblia.

Mientras buscaba entender mejor, encontré varios versículos que resaltaban la importancia de estar enfocado en el momento presente y de concentrarse en lo que realmente importa en la vida.

Por ejemplo, en el Salmo 1:2-3, leemos sobre la felicidad de aquel que medita en la ley del Señor día y noche, evitando involucrarse con malas influencias. Esto resalta la importancia de dirigir nuestra atención hacia lo que es verdaderamente valioso.

En Mateo 6:24, Jesús nos advierte sobre la imposibilidad de servir a dos señores al mismo tiempo, destacando la necesidad de priorizar nuestra devoción a Dios sobre todas las demás cosas.

Una historia que me viene a la mente es el pasaje en Lucas 10:41-42, donde Jesús reprende a Marta por estar tan preocupada por las tareas cotidianas, mientras que su hermana María simplemente elige estar presente a los pies de Jesús, escuchando sus palabras. Esto nos recuerda que, a veces, lo mejor que podemos hacer es simplemente estar presentes en la presencia de Dios.

Y por supuesto, Filipenses 4:6-7 nos exhorta a no preocuparnos por nada, sino a presentar nuestras preocupaciones a Dios en oración, confiando en que Su paz guardará nuestros corazones y mentes en Cristo Jesús.

Aunque la palabra «mindfulness» puede no encontrarse en la Biblia, los principios detrás de ella ciertamente están allí, desde hace siglos. Por lo tanto, si estamos buscando formas de practicar la atención plena en nuestras vidas, podemos encontrar inspiración y orientación en el manual divino de Dios para el hombre, la Biblia.