“¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies, del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sión: Tu Dios reina! (Isaías 52:7)

El profesional que trasmite un anuncio por un medio masivo o el Predicador que interpreta la Biblia; ambos deben ser fieles al mensaje original.

El mundo contemporáneo está recibiendo diferentes mensajes: alarmistas y negativos; así como positivos y de esperanza; que el público, debe saber discernir. No hay duda que la radio, la TV, la prensa, el Internet… tienen poder y pueden influir para bien o para mal.

Los profetas de Dios, como Isaías, eran mensajeros de paz. Un Predicador debe ser fiel a la Palabra de Dios y dar un mensaje de vida y de esperanza. El mensaje es uno solo, Dios ama a todo el mundo y desea que tenga paz,por medio de Jesucristo. Quien da noticias genuinas de Dios, lo agrada y será feliz.

Tales atalayas como los que Dios había de poner sobre los muros de Jerusalén para que hiciesen mención del nombre de Jehová y estuviesen en continua y ferviente oración hasta que Jehová ponga a Jerusalén por alabanza en la tierra. Estos atalayas están sobre sus torres, y esperan que se de respuesta a sus oraciones, dice el autor Matthew.

Jeremías había anunciado que el reino de Judá y los reinos vecinos iban a estar sometidos por un tiempo al yugo del rey de Babilonia, Nabucodonosor. Aquí se anuncia que ha llegado el momento de desatar esas ataduras. Jehová no vendió a su pueblo como esclavo, por eso no tiene que pagar nada a nadie para liberarlo. (RV95)

Tanto el mensaje del Presidente de un país, como el de un Pastor a su Grey, deben ser realistas; pero consoladores y que sean de motivación a la familia, a la producción nacional; y para confiar en Dios, en medio de las tragedias de la vida.

REFLEXION:

¿Soy un mensajero de paz? ¿Con mis labios animo al cansado, al enfermo y lo ayudo a seguir adelante?