Cuando en tu vida hay un río de adoración sucede que las aguas que llevan tu adoración es llevada por torrentes que desbordan las orillas …
¿Y qué queremos decir con «desbordar«?
Es rebasar el límite de lo fijado o previsto. Aquí no existen los topes. No hay fronteras. No existen barreras. Ya no hay excusas. Lo religioso se va y es reemplazado por la verdadera vida del Espíritu. Esto fue lo que le ocurrió a la mujer samaritana, ella desbordó en su testimonio (Juan 4:39) y no había forma de pararla. Lo que es síntesis hizo esta mujer fu elevar la fama de Jesús por aquellas regiones. Ella supo que el secreto estaba en ser «un verdadero adorador» (Juan 4:23) y no le costó mucho comprobarlo porque muchos hombres y mujeres que la escucharon vieron que lo que ella hablaba era verdad.-
Y también significa sobrepasar la capacidad intelectual o emocional de tu persona hacia El. Y es ocurre simplemente cuando cara a cara le derramas tu corazón y tu vida es sobrepasada por su presencia y te llena a tal punto que tu vida es un vaso que rebosa de su «aceite».-
Cuando el río de Dios te desborda es señal que hay un ciento por ciento de su caudal y cero por ciento de tu carne. Es ahí donde te reconoces pecador y no justo; es allí cuando tus labios están sedientos de sed; es cuando ves tu humanidad perdida, pero tu corazón vislumbra con sus ojos; es allí que descubro la hermosura de su santidad y por sobre todo compruebo que las aguas de ese río sí sacian toda clase de sed.-
Si dejamos que ese río nos desborde, entonces «arrastrará» todo aquello que no tiene que estar en nuestra vida.?
Hoy simplemente di: «Señor quiero que tu río me desborde»
PERFUME DE ALABANZA
Olor fragante. Desde ya produce un agradable momento de «permanecer» por un instante más.-
Nuestra adoración sube como perfume y todo el ambiente es «agradable» para aquellos que la habitan pero también para aquellos que quieren acercarse. Pero para eso hay que tener presente lo siguiente: «abrirlo» y «derramarlo«.Todo esto ocurre en nuestro corazón. Este se debe abrir, quebrantar, humillar para que se libere lo de adentro, el mismo espíritu del hombre para entrar en armonía con el de Dios. Derramarlo, es ganancia, en Juan 12:3-5 pensaron todo lo contrario que era desperdiciar. Cuando damos, recibimos … A Dios no le interesa tanto el frasco, sino el contenido, Tú.-
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