Testimonio de un cristiano de 109 años de edad
Escribe James Harrow: «Me acerco al momento en que entraré en el palacio del Rey de los reyes, a quien desde hace 93 años he tenido el gozo de conocer como mi Salvador, mi Señor y mi Dios.
Después de la resurrección, será una maravilla encontrar allí a ilustres hombres de fe como Noé, Abraham, José, Moisés y tantos otros, en sus cuerpos glorificados. Probablemente me enteraré por ellos mismos cuánto gustaron la gracia de Dios, la que yo experimenté también durante tanto tiempo.
Sí, allí tendré un sitio con ellos; pero en ese lugar de gloria contemplaré al Rey mismo en su espléndida belleza.
Aunque soy pecador por mis hechos y mi naturaleza, ya puedo regocijarme pensando en el momento impresionante en que seré introducido en su santa presencia. ¿Me sentiré molesto? No, mis faltas fueron completamente borradas por Aquel que ocupa el trono. Y tendré la prueba de ello al ver en sus manos, en sus pies y en su costado, las marcas de los sufrimientos que soportó por amor a mí».
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