¿Malas noticiasí

«Para los justos la luz brilla en las tinieblas.¡Dios es clemente, compasivo y justo! .El justo será siempre recordado; ciertamente .Nunca fracasará.
No temerá recibir malas noticias;Su corazón estará firme,Confiado en el Señor.Su corazón estará seguro,No tendrá temor».Salmo 112: 4,7-8.

¡A nadie le gusta escuchar malas noticias! Cuando me siento al lado de mi esposo para acompañarlo a ver noticias es casi un suplicio,
prefiero mil veces dormirme rápido porque no me quiero enterar ni menos mirar con el rabillo del ojo tantas malos reportajes del
acontecer nacional.

Los que leen estos escalofriantes reportajes son apuestos narradores, maquilladas y bien peinadas locutoras que sin inmutarse
nos cuentan sobre guerras, violaciones, accidentes, suicidios,corrupción y asesinatos. Imagino que tanto maquillaje es para que
la noticia narrada no se vea tan trágica, pero igual a mi no me gustan las malas noticias.

Todos quieren y deben escuchar lo que sucede en el país y el mundo, no se puede hacer negocios, estudiar, o vivir sin conocer lo que
está pasando fuera de tu casa, pero, ¿es necesario saber sólo lo malo? ¿Por qué no nos cuentan también sobre lo bueno?.
Las malas noticias abundan en miles de hogares:

El esposo que anuncia a su cónyuge que acaba de ser echado del trabajo…
El universitario que anuncia que lo jalaron en una materia…
El casero que anuncia que te echará de la casa en una semana si no
pagas la letra vencida…
El mecánico que anuncia que tu carro debe tirarse a la basura…
El doctor que te anuncia lo inesperado…
La esposa que anuncia que dejó de amar…
El policía que anuncia que alguien cercano tuvo un accidente grave…

Las malas noticias nos persiguen, parece casi imposible escapar de ellas, no basta con apagar la televisión para que ellas se
desvanezcan, en verdad tratar de negarlas es cosa de cobardes e ingenuos.

Dios tiene la salida para estas pesadillas, las malas noticias no faltarán pero si confío en Dios, mi corazón estará firme y confiado
en el Señor, me sentiré segura, no daré lugar al desconcierto y el temor.

En medio de tantas malas cosas que puedan estar ocurriéndote, tengo una buena noticia para ti, ¡Dios es clemente, compasivo y justo!

Esta buena nueva es suficiente remedio para contrarrestar cualquier mala racha, darte ánimo, sanar tus huesos y regenerar tu confianza
en él.

No importa cuando puedan decir lo demás, cuán sombrío puedan ser los anuncios y novedades, si eres justo, si temes a Dios, si todavía
confías en él, esta buena nueva te hará brincar de alegría.

No te dejes sucumbir ante la avalancha de noticias escalofriantes, Dios está contigo.

Dios también está conmigo, gracias por orar por mí.

Martha Vílchez de Bardales