«Os… pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros» (Ezequiel 36:26)

Cuando una mujer se queda embarazada, ella suele tener antojos que nunca tuvo antes. Y cuando Dios te salva, Él pone dentro de ti deseos y gustos nuevos. Esta nueva naturaleza anhela la compañía del Señor y desea complacerle por encima de todo. Aquella ansia es muy intensa y por eso, cuando pecamos, no estamos muy cómodos. Ah, sí, todavía fallarás por completo, pero esto causará una lucha tremenda en tu alma, porque en ese momento haría falta ignorar tus nuevos anhelos… Pablo escribió: «Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne…» (Gálatas 5:16). El orden es extremadamente importante, ya que muchos lo hacen al revés. Pensamos que si podemos dejar de satisfacer los deseos de la carne, entonces podemos empezar a andar en el Espíritu, pero es justo lo contrario. Cuando el Espíritu Santo obra en nuestro interior, Él produce la victoria espiritual en la parte exterior. Todo lo que necesitamos para caminar victoriosos ¡ya lo tenemos dentro de nosotros! Un anuncio  en la televisión de una salsa para espaguetis mostraba a una madre cocinando unos espaguetis. Mientras el aroma llenaba la casa, su hijo le preguntó: «Oye mamá, ¿dónde están los champiñonesí». «Están en la salsa», respondió ella. «¿Y qué pasa con las salchichasí». «También están dentro». «¿Y los tomatesí». De nuevo, la madre respondió: «¡Ya están en la salsa!». ¿Quieres ser victorioso? Ya lo tienes dentro. ¿Buscas fuerzas para obedecer a Diosí También están dentro de ti. ¿Necesitas paciencia para soportar la prueba? Pues, ¡ya está en la «salsa»! Todo lo que necesitas para llevar una vida victoriosa de creyente ya ha sido depositado dentro de ti; ¡utilízalo!