?Mantener un régimen en todo sentido para estar en forma en el momento de la competición; dicho de otro modo, abstenerse de lo que entorpece el desarrollo espiritual.

¿Desarrollar nuestra relación con Dios mediante la oración y la lectura de la Biblia (1 Timoteo 4:8), como los jóvenes griegos, que practicaban cada mañana ejercicios físicos.

?Correr como si fuera la única ocasión de ganar el premio, es decir, poner en juego toda nuestra energía para obtenerlo.

?Olvidar lo que queda atrás: nuestras derrotas, cuyo recuerdo podría desalentarnos, y también nuestras victorias, que nos harían vanidosos, para concentrarnos en la meta a la cual Dios nos llama.

?Respetar las reglas del juego para no ser descalificados y perder nuestra recompensa; es necesario obrar en la dependencia del Señor y no según nuestras propias ideas.

       ¿Qué fortalecía la voluntad de Pablo para seguir su carrera, a pesar de los sufrimientos, las dificultades y todo lo que le incitaba a bajar los brazosí Era el Señor mismo quien suplía cada día las necesidades de su siervo.

       Para ser fortalecidos como él, es necesario que vivamos en la misma comunión y la misma dependencia del Señor.