Al acercarnos al final del año, nos embarcamos en el último tramo de nuestro plan de lectura de la Biblia en un año. Este es un tiempo maravilloso para reflexionar sobre todo lo que Dios nos ha enseñado a través de Su Palabra y para prepararnos para recibir las revelaciones y bendiciones que aún están por venir.

La lectura de la Biblia no es solo un ejercicio de disciplina espiritual, sino una oportunidad para renovar nuestras mentes y fortalecer nuestros corazones. Al estudiar las Escrituras, nos conectamos con el corazón de Dios y descubrimos Su propósito para nuestras vidas.

En este mes de diciembre, caminaremos juntos a través de los libros de Filemón, 1 y 2 Timoteo, Tito, 1, 2, y 3 Juan, Judas, Lucas y Apocalipsis. Cada lectura está diseñada para equiparnos y prepararnos, tanto individualmente como Iglesia de fe, para vivir vidas que reflejen el amor y la verdad de Cristo.

Hemos recorrido un largo camino juntos a través de la Biblia este año. Cada capítulo, cada versículo ha sido una oportunidad para escuchar la voz de Dios, aprender Sus caminos y aplicar Sus verdades a nuestras vidas. Ahora, al concluir nuestro plan de lectura con los mensajes profundos del libro de Apocalipsis, somos desafiados a vivir con la urgencia y la esperanza del retorno de nuestro Señor Jesús.

No permitamos que la lectura de la Biblia en un año sea solo una tarea completada en nuestras listas. Que sea el comienzo de una transformación continua en nuestras vidas. Les animo a que sigan buscando a Dios en Su Palabra diariamente, más allá de este plan anual. Permitan que la verdad de las Escrituras impregne cada área de sus vidas, transformando sus pensamientos, palabras y acciones.

La Palabra de Dios nos llama a ser no solo oidores, sino hacedores. Aceptemos el desafío de vivir de acuerdo con lo que hemos aprendido. Que seamos luz en medio de la oscuridad, embajadores de reconciliación y portadores de la esperanza eterna en Cristo Jesús.

Que el Señor los bendiga y los guíe en este próximo año, y que Su Palabra continúe siendo una lámpara a nuestros pies y una lumbrera en nuestro camino.