LA MAYOR DE LA PREOCUPACIONES

No hay nada que nos haga sentir más impotentes que pensar en morir. El fin de la vida nos confronta con el tema de qué nos espera después. La Biblia dice que es el cielo o el infierno. Y el infierno es difinitivamente algo para preocuparse.

Si preguntas a la gente si va ir al cielo dice. Espero que sí, o Tal vez, si soy lo suficiente bueno…. Si es honesta admite que pensar en ir al infierno la aterroriza. Pero Dios ha dicho en la Biblia que podemos saber sin   lugar a dudas que vamos al cielo (1 Juan 5:13). Y nos ha dicho por qué.

Primero, Cristo cumplió por nosotros los requisitos para entrar en el cielo. Vivió una vida perfecta y luego murió en la cruz para pagar la pena por  nuestro pecado. Después resucitó de entre los muertos como prueba de que Dios había aceptado su sacrificio por nosotros. No hay nada que podamos hacer es un milagro de gracia que Dios ya ha hecho.

Segundo, el camino al cielo no es por obras sino por la fe (Efesios2:8-9).

Nuestra respuesta a la muerte de Cristo y a la amorosa oferta de amor de Dios es creer en Jesús (Hechos 16:31). La salvación es un regalo de gracia que satisface toda nuestra  necesidad espiritual.

Decierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Juan 6:4

Si ponemos toda nuestra confianza en Jesús y en lo que Él hizo por nosotros, no tenemos que preocuparnos por perder la oportunidad de ir al cielo cuando pecamos por que Dios nos perdona cuando nos arrepentimos y confesamos nuestra transgresión, Dios nos ha aceptado gracias a nuestra relación con Cristo Jesús. No nos puede dar por perdidos sin dar por medio a su propio Hijo, ¡ Y Él nunca haría eso! Si hemos puesto nuestra confianza en Cristo, la eternidad no es nada por lo que haya que preocuparse.

Dios les bendiga.