¿Crees que Dios no ha solucionado tus problemasí ¿Acaso crees que el diablo le ganó a tu salud mental, a tu economía, a tu esposa y a tus hijosí Por eso te has ido lejos de su presencia y andas buscando en otros medios la salida a tanta dificultad. Quizá no te has ido de la Iglesia, pero tu asistencia sólo es una presencia fantasmal porque tu razón sigue corriendo a mil por hora muy lejos de Dios.

“Si digo: «No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre», entonces su palabra en mi interior se vuelve un fuego ardiente que me cala hasta los huesos. He hecho todo lo posible por contenerla, pero ya no puedo más”. Jeremías 20:9 Dios me advierte cuando ve que mis emociones empiezan a distanciarse de su Soberanía, “Espera, si permito que caigas, yo te haré levantar, no te desvíes, no te alejes de mí, vuelve a mí”:

Pero tú les advertirás que así dice el Señor: «Cuando los *hombres caen, ¿acaso no se levantan? Cuando uno se desvía, ¿acaso no vuelve al camino? ¿Por qué entonces este pueblo se ha desviado? ¿Por qué persiste en su apostasía? Se aferran al engaño, y no quieren volver a mí. Jeremías 8:4-5 Es un gran engaño creer que si te afanas más podrás tener más, es una gran mentira que es necesario tener todo lo que el mundo tiene y aparentemente son necesarios para ser feliz, buscar estas cosas te alejan de Dios.

Pero si buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás, y al cabo del tiempo, cuando recuerdes las cosas que te tocaron sufrir en medio de todas esas angustias y dolores, volverás al Señor tu Dios y escucharás otra vez su dulce voz.

Esta es mi oración y puede ser la tuya:

¿No volverás a darnos nueva vida para que tu pueblo se alegre en ti? Muéstranos, Señor tu amor inagotable y concédenos tu salvación. El centinela me ha hablado, ha venido en la mañana, pero también me ha visitado en la noche y me ha preguntado, ¿Quiénes quieren volver? ¡Si quieren volver, vuelvan! Yo le he respondido con seguridad Padre: ¡Yo quiero volver a ti! amén.

¿Dios te ha hablado? No cierres tus oídos a su dulce llamado, vuelve al Señor.

Martha Bardales.