Ahora, que ya hemos tomado conciencia sobre la magnitud del problema, hay que hablar sobre como podemos solucionarlo. Marco Aurelio tenia una manera muy sencilla para regir esta idea: «Durante este día, te vas a topar con asesinos, ladrones, charlatanes, estafadores, mentirosos…también te encontraras con hombres justos, honrados, veraces e intachables y esto sucederá sin que te des cuenta, por lo tanto debes tratarlos a todos por igual». A lo que quiero llegar es que, como agente pastoral, es un deber tratar con objetividad a cada uno de los miembros. Quiero hacer énfasis es esta idea. El agente que no sepa brindar este testimonio, tarde o temprano esta predestinado a afrontar un conflicto que desemboca en una división. La objetividad te permite descubrir a cada persona en sus aspectos auténticos, sin subestimarlos ni sobredimensionarlos.

Una vez, un montón de fariseos tenían la intención de matar a una mujer por el hecho de haber caído en adulterio, la llevaron ante Jesús para ponerlo a prueba (craso error). Ellos se amparaban en la ley de moisés para poder matarla…Jesús solo les dijo diez palabras: “el que NO tenga pecado, que tire la primera piedra”. La humildad es un pilar fundamental de toda comunidad. Si la objetividad te ayuda a descubrir a los demás, la humildad te ayudara a descubrirte a ti mismo.

Es tiempo de combinar conceptos, es hora de combinar la objetividad con la humildad. En alguna oportunidad Jesús dijo “¿Cómo puedes ver la paja en el ojo de tu hermano, sin ver la viga de tu propio ojo?”, contextualizando a nuestra realidad, “¿Cómo puedes intentar juzgar la soberbia de tu hermano, sin ver que tu tampoco eres humilde?” “¿Cómo puedes ser objetivo con los demás si no lo eres contigo mismo?”

Solo después de comprobar tu humildad y objetividad, puedes proceder con el dialogo con aquel hermano con quien se tiene el problema, la palabra de Dios lo dice, “Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.” Ahora bien, si el hermano no entiende, la próxima vez lleva testigos, y si una vez mas no entiende, llévalo a la comunidad, y si aun así no quiere entender, entonces se le puede tratar de incrédulo o renegado (MT 18:15).

Amigos míos las comunidades cristianas no son un juego, son una comunidad de vida, y eso debe respetarse en cualquier circunstancia, y por ningún motivo debe de olvidarse ese principio. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo. Si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada, se engaña a sí mismo. Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie.

Recuerden estas dos cosas y llévense una nueva. La humildad hace grande al corazón, La objetividad fortalece la amistad, y la soberbia y el orgullo…no son grandeza, son hinchazón.