El desaliño de la esposa 

¿No cree usted que el desaliño de la esposa sea causa que induce a la infidelidad y el adulterio?

Respuesta:

Entiendo que usted se refiere a la esposa que quizá no se arregle bien, no se asea, y no es todo lo hermosa que el esposo desearía que fuera, dando motivo para que él se aleje de la casa en busca de una experiencia sexual fuera del matrimonio.

Yo diría que es posible que el desaliño sea a veces una de las causas que mueve a muchos hombres a alejarse del hogar en busca de lo que llaman «amores fuera del hogar». Sin embargo, conozco a cientos de individuos que han venido a pedir consejo o a querer justificarse porque han sido infieles a sus esposas sin que hubiera en ellas el menor desaliño.

Yo vivo asombrado, ya que a donde quiera que viaje, me encuentro con tantos hombres que teniendo una esposa bella, que sabe arreglarse con encanto, sin embargo la dejan para ir en busca de otros «amores». En estos casos, los que sufren de «desaliño espiritual» son los esposos.

Aunque es cierto que el desaliño puede causar disgustos y hasta puede alejar al esposo del hogar, sin embargo, no tiene por qué ser causa de adulterio en el hogar. Dicho adulterio nace en el corazón del hombre, quien debe pedir a Cristo que limpie su corazón.

Yo pienso que una de las responsabilidades del esposo es embellecer y hermosear a su esposa. Muchos hombres se preocupan de su propio arreglo personal, tratando siempre de estar a la moda y de llevar el perfume de su agrado, y sin embargo no le permiten a su esposa arreglarse a la altura de su estilo y buen gusto. Este es un fenómeno extraño, pero lo he visto en muchos hogares.

Por experiencia le digo que uno de los placeres más grandes para el hombre es embellecer a su esposa. El hombre que se preocupa por quitar el desaliño de su esposa y hacerla bella y pulcra, es un hombre que ama a su esposa y se responsabiliza por la felicidad de su hogar.

Y lo interesante es que la Biblia nos habla de preocuparnos por la belleza de nuestra esposa. A veces creemos que la Biblia solamente nos habla acerca del cielo y de la salvación eterna, pero también lo hace sobre las cosas cotidianas. El libro de Efesios capítulo 5 dice:

«Que el esposo ame a su esposa de la misma manera que Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella. Esto lo hizo Cristo para consagrar a la iglesia limpiándola con el agua y con su palabra, para presentarla delante de El como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino consagrada y perfecta».

Así es como el esposo debe amar a su esposa; como ama a su propio cuerpo. El que ama a su esposa, se ama a sí mismo.

Luis Palau