Un Año Nuevo De Grandes Conquistas

«Sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año» (Josúe 5:12).

«Ah, querido Jesus, Santo hijo de Dios, haga a Ti una cama, blanda, inmaculada, dentro de mi corazón, guardado especialmente para que en él habites.  Mi corazón salta de alegría, mis labios no pueden más ponerse callados, yo anhelo cantar, con mucho regocijo, aquellas canciones antiguas y llenas de dulzor, gloria a Dios en las mayores alturas, que nos ofertó Su Hijo mientras los ángeles cantaban con grande júbilo.  Sea el Año Nuevo de grande contentamiento para toda la tierra.» (Martinho Lutero)

¿Cuáles son nuestros planes para el nuevo año?  ¿Que sueños buscaremos realizar?  ¿Estamos preparados a esforzarnos para que el año que está llegando sea el mejor y más bendito de nuestras vidas

Cuando basamos nuestros anhelos en intereses materiales, corremos el riesgo de llegar al final del año según y como que los anteriores: fracasados, abatidos, decepcionados.

Queremos todo y no recibimos nada.  Aguardamos alegría y encontramos tristeza.

Cristo vino a llenar nuestros corazones de regocijo, para derramar sobre cada un de nosotros su bendita paz, para que todos los días de todos los años nos sean ricamente benditos.  Y ¿por qué ni siempre eso es realidad en nuestras vidasí  ¿Por qué pasamos años y años sin recibir el abrazo de la felicidad

Faltanos, casi siempre, confiar cada momento de nuestros días al Salvador que nació en la ciudad de David.  Faltanos en creer que «un hijo nos ha sido dado» exactamente para que pudiésemos iniciar el año con la certeza de que será pleno de grandes victorias y conquistas.  Y la gloria será de Él, de nuestro Señor Jesucristo, a quien Pertence todo honor y alabanza.

Así como los hijos de Israel se deleitaron con los frutos de la tierra prometida, cada un de nosotros, hijos del Dios Todo Poderoso, podremos disfrutar las bendiciones y conquistas por Él Prometido a los que abren a Él lo corazón.

Feliz Año Nuevo a todos los amados hermanos y amigos.