Niño huérfano

Nadie me quiere en este mundo. Tengo once años. Mi padre me abandonó después de la muerte de mi madre. Algunos de mis familiares me tuvieron por un tiempo en sus casas hasta que resolvieron llevarme a un orfanato. Mi vida es muy dura, pero no tengo otro lugar a dónde ir. Siempre me siento solo, pero me gusta oírlo a usted por la radio cuando habla cosas muy bellas de Dios. ¿Cree usted que Dios sí me ama?

Respuesta:

Mi padre murió cuando yo tenía diez años pero mi madre siempre me amó y me cuidó. Sin embargo, a veces me parecía que nadie me amaba, tal vez debido a que yo era el mayor de la casa y mis hermanas y hermano menor recibían mayor atención de parte de mi madre. Pero afortunadamente alguien me citó un día unas palabras maravillosas que me hicieron mucho bien, y ahora quiero compartirlas contigo.

El salmista David, el famoso rey antiguo de Israel, en el Salmo 27 de la Biblia, dijo lo siguiente:

“Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Dios me recogerá”.

Y el Salmo 10 dice:

“A ti se acoge el desvalido, Tú eres el amparo del huérfano. El deseo de los humildes oíste, oh Dios. Tú dispones su corazón y haces atento su oído para juzgar al huérfano y al oprimido”.

Estimado niño, Dios es quien cuida a los abandonados. Si en este momento inclinas tu cabeza y hablas con Dios, Él contestará tu oración y te dará paz y alegría en tu corazón, porque Dios es amor y te ama.

¿Recuerdas lo que dijo Jesús de los niñosí Hay un pasaje muy hermoso en el evangelio de San Mateo, capítulo 19 que dice:

“Dejad a los niños venir a Mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos”.

Como ves, Jesús conocía y comprendía a los niños. Después de su muerte en la cruz por nuestros pecados, resucitó al tercer día y desde entonces desea vivir en el corazón de todos los hombres mediante el Espíritu Santo, para guiarlos a una vida feliz. Jesús quiere que tengas una vida alegre y llena de bellas experiencias, pero Él espera que tú le abras la puerta de tu corazón y permitas que Él controle y guíe tu vida.

En oración, pídele a Jesucristo que venga a morar a tu corazón. Dile que tú quieres obedecer la Palabra de Dios y lograr que se cumpla el plan que Dios ha diseñado para ti. Tú eres único. No hay otro niño sobre la tierra que sea igual a ti. Por lo tanto, tú tienes una misión específica en la tierra y Dios quiere que tú cumplas, y podrás hacerlo si andas de la mano de Jesús.

Pídele a Jesús que te llene de amor para con tus compañeros en el orfanato. Seguramente ellos también se sienten solos y tristes. Ayúdales en lo que puedas y háblales del amor de Jesucristo. A veces la vida es dura, aun para los que lo tienen todo. Pero con Cristo a nuestro lado, los problemas se hacen más livianos porque Él tiene mucho poder, y podremos decir como el apóstol Pablo:

“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses capítulo 4).

Luis Palau