VACIVUS

“Vengan a mí todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar”.*

Anochece en Vacivus y todos se apresuran a regresar a sus casas. Tras una extensa jornada de esfuerzos, diálogos y encuentros, nadie quiere perderse la oportunidad de alcanzar esa sinergia ancestral que se produce cuando el rostro entra en contacto con la almohada. Aunque – nobleza obliga – es necesario admitir que su consecución no suele resultar para nada sencilla: a veces pasan muchos minutos (incluso horas) hasta que los vacivuleares logran conciliar el sueño…

Quizás esa experiencia común haya sido la que catapultó a la fama al grupo musical Vacuus Vacare, gracias al éxito arrollador de su canción “Sognolento”:

“Llego a mi cama
No puedo dormir
Echo la suerte
Pierdo al sentir

“Ausencia de todo
Presencia de nada
Sufro al pensar
Pienso al dormir

“¿Hasta cuándo?
Los minutos llegan
Las horas se van
¿Y mi sueño dónde está?

“Sognolento, Sognolento
Apenas puedo pensar
Me resiento, me despierto
¿Por qué no te puedo alcanzar?”

Amanece en Vacivus y todos se apresuran a salir de sus casas. Durante las próximas horas sus habitantes recorrerán el día bajo el amparo de compromisos, relaciones y proyectos. Mientras dure la tregua del sol, un cúmulo de voces, imágenes y sonidos hará las veces de sedante capaz de acallar y disuadir aun el pensamiento más perturbador y molesto. Al menos… al menos hasta que anochezca y el ciclo se repita otra vez.

Quizás tenga razón aquel grafiti que alguien escribió en el paredón que da hacia la plaza principal de Vacivus: “Contenido + contenedor / ¡Es hora de que atiendas tu vacío interior!”

¡Buen Fin de Semana!

CRISTIAN FRANCO