¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel?  dice Jehová.  He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel» (Jeremias 18:6).

«Tenemos el derecho de hablar con las personas sobre cosas espirituales.  Somos envases defectuosos pero Dios puede aún  usar nos.»

Dios nos escogió — que grande privilegio.  Él nos elegió para ser una bendición en Sus manos.  Anhela usar nos para llevar a todos su Palabra de amor y salvación.  ¿Estamos preparados para eso?  ¿Creemos que somos capaces de hacer Su obra?  El Señor nos llamó y cabe a nosotros apenas seguir Su voluntad.  Él nos preparará, llenará nuestro corazón de Su gracia y grandes cosas hará a través de nosotros.  La obra es de Él y grandes maravillas acontecerán.

Quizá podamos pensar que somos fallidos para prestar testimonio del Señor aquí en este mundo.  Somos pecadores y sentimonos incapaces de hablar en nombre de Jesus. Pero, el Señor es el Alfarero Celestial, que toma un envase defectuoso y lo transforma en un envase aseado, bonito, perfecto.  Somos esos envases y, en las manos de Dios, ellos se vuelven envases de bendiciones para todos.

El Señor no solo restaura nuestras vidas cuando le abrimos el corazón.  Como nuevos envases, somos rellenados con el amor de Dios, con la sabiduría celestial y con el poder del Espíritu Santo.  Somos enviados y podemos seguir sin recelos.

Él nos guiará y el mundo será alumbrado por la presencia del Salvador.

¿Usted aún se sienta un envase defectuoso?  ¿Su amor al prójimo está arañado?  ¿Su fidelidad está quebrada en las puntasí  ¿Su santidad está descolorida?  ¿Su vida espiritual, en el general, está sin brillo?  se entregue completamente en las manos del Alfarero divino.  Tomará su vida en las manos y, con mucho cariño, hará de usted el envase más bello que todos sus amigos ya vieron.

En las manos de Cristo, ningún envase permanece defectuoso.