Reflexión Bíblica – Diga Siempre: «Heme Aquí»

«Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad» (Hebreos 10:7).

Muchas personas pasan toda lavida sin importarse por la Palabra de Dios. No tienen la costumbre de ir a la iglesia, no aportan de forma alguna con su sostén, ni con dinero y ni con la presencia y, los que a veces van, reclaman de todo.

De un templo que ellos no ayudaron a construir, de la música cantada de los himnarios que no ayudaron a comprar, del pastor que nunca ayudaron a sostener, del mensaje leido en la Biblia que jamás se interesaron en leer. Quieren recibir palabras dulces de confort para sus seres queridos y oraciones para que tengan un lugar en el cielo, donde no se prepararan para ir. ¿No es extraño? No permita que eso se hable de usted. Obedezca al Evangelio de Cristo antes que sea tarde.

El verdadero cristiano tiene placer en adorar a Dios, en cantar himnos de alabanza al Señor, en leer y estudiar la Biblia, fuente de sabiduría para una vida llena de bendiciones y victorias.

Bueno es estar en la casa del Padre, encontrar a los hermanos y compartir con ellos los momentos de alegría y regocijo de la semana. Bueno es participar de las programaciones, de los coros, de la distribución de folletos, del estudio bíblico que nos edifica y fortalece el espíritu. Bueno es poder decir al Señor que lo amamos, que su compañía nos llena de júbilo, que Su gracia y unción nos hace brillar ya sea delante de ambientes tenebrosos.

Como cristiano tengo que comprender que soy la iglesia , que mi testimonio hará la diferencia, que el mundo depende de mi y mi dedicación.

Yo me importo con la obra de Dios. Sé que ella depende de mi fidelidad. ¿Y usted? ¿Critica todo cuanto ve de malo o hace su parte para que todo vaya bien?

No espere el todo de los otros. Diga a Dios: «Heme aquí.»