Reflexiones Cristianas – Una experiencia maravillosa

¿Te conté que ayer estuve en la Igreja Batista Lagoinha? Nunca, y lo repito, nunca he vivido una experiencia de adoración como la de ayer. Para comenzar, llegue al templo cerca de las 7:00 p.m. y las calles estaban repletas de gente que caminaba presurosa hacia el templo (entonces comprendí la frase de David: Yo me alegre con los que me decían a la casa del Señor iremos). Luego, cuando ingresé, apenas puse el pie en el umbral, sentí una ráfaga de unción envolviéndome completamente (entonces comprendí lo que dijo Salomón: La gloria del Señor llenó el templo). Dos ujieres me escoltaron hasta la primera fila, y mientras caminaba, cientos de personas me miraban alegres, amorosos y receptivos; el canto era fuerte y nadie me dirigió palabra alguna, pero el gozo de sus caritas y sus miradas amorosas me hicieron sentir en casa (entonces comprendí lo que declaró David: Mirad cuán bueno y hermoso es habitar los hermanos juntos en armonía).

Ya instalado en la primera fila, sin conocer las canciones que la congregación entonaba, comencé a observar: arriba las dos galerías estaban repletas, abajo el templo rebosaba de gente; gire la cabeza y pude ver de cerca la entrega con que cantaban. Entonces mire atentamente a los músicos y cantantes, buscando quién destacaba más, rápidamente me di cuenta que todos estaban sumergidos en la adoración: las manos levantadas, los músicos enchufados, la fuerza del canto y la expresión corporal. Letra, música y adoración confundidas en una sola expresión (entonces comprendí que el gozo del Señor es nuestra fortaleza). A estas alturas, ya había dejado de observar, estaba siendo ministrado, y recién preste atención a la pantalla; como el portugués es fácil de comprender, inmediatamente sentí el remezón de lo que la iglesia estaba declarando: «Dios tu eres bueno, Dios tu eres justo, Dios tu eres todo, Dios mi vida te entrego, haz lo que quieras, siempre será lo mejor» (entonces comprendí la declaración de Pablo: Ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí).
¿Qué te parece? La historia continua: la entrega de las ofrendas, el gozo del pastor al dar los anuncios, la explosión de risa con que la congregación festejó alguna ocurrencia del pastor Marcio Vadalao. Créenme, en ese templo sólo se respiraba un sentimiento:

amor (entonces comprendí porque Jesús dijo que nos iban a reconocer como sus discípulos al amarnos los unos a los otros).

Estarás de acuerdo conmigo en lo siguiente: cualquier predicador puede ser el mejor predicador del universo en esa atmósfera de adoración. Es fácil predicar en una iglesia rendida completamente a Dios, el Espíritu Santo enseña la verdad y la iglesia se dispone a obedecer, el predicador habla y no necesita esforzarse para mantener la atención porque la congregación se muestra dócil y dispuesta a recibir con gratitud la Palabra (entonces comprendí porque los sermones de Pedro produjeron tres mil y cinco mil convertidos de un solo porrazo).

Ay, llego el momento del llamado, y como no podía ser de otra manera, unas 30 personas respondieron. Mientras ellos pasaban al frente, comencé a ver una maquinaria de amor: no me di cuenta de dónde salieron consejeros (adultos y jóvenes) que al salir al frente, recibían un chaleco que se lo ponían mientras seguían caminando (color azul y con letras grandes: consejero); mientras los consejeros iban al frente, apareció otro grupo de creyentes, ellos formaron un círculo tomados de la mano (así que los consejeros y los nuevos quedaron encerrados en ese círculo) y comenzaron a bendecir, reprender, bendecir y bendecir. Entonces el pastor hablo con los nuevos, los recibió con amor y les dijo que nunca más estarían solos, que tenían hermanos mayores, y sobre todo, que estaban rodeados de amor. En ese momento el círculo se cerró y todos se fundieron en un abrazo de amor ¡Qué increíble! (entonces comprendí la oración que hizo Jesús, cuando afirmo «no perdí a ninguno de los que me diste, salvo el hijo de perdición).

Cuando todo terminó, mientras el pastor y su esposa me invitaban a seguirlos, algunas personas me esperaban para bendecirlas.

Inmediatamente un líder asumió su papel de siervo y comenzó a ministrar. Yo estaba callado, con una tormenta de ideas en mi cabeza, abrumado por la presencia de Dios, emocionado por el privilegio de tener comunión con estos hermosos siervos.

Debo terminar: el pastor Marcio estará con nosotros en el próximo octubre, vendrá con su ministerio de alabanza dirigido por su hija Ana Paula, y aunque el desafío es grande, sé que ellos traerán una inmensa bendición para nuestra iglesia y nuestro país.

¿Podremos, alguna vez, ser como ellosí Estoy seguro que Dios puede y quiere hacerlo, pero estaremos dispuestos a pagar el precio.

Conociéndonos, sé que algunos no moverán un dedo para convertirnos en la iglesia que el Señor quiere. No importa. El pastor Marcio me contó que el secreto fue la oración, que solo necesito encontrar cincuenta cristianos dispuestos a vivir intensamente su fe, que después solo tuvieron que ser perseverantes, vencer obstáculos, crecer en fe y levantarse cada vez que sufrieron alguna derrota.

¿Tendremos cincuenta valientesí Me gustaría que me sorprendas, que vuelvas a leer esta nota y si quieres ser un valiente, dispuesto a vivir completamente rendido a Jesús, escríbeme y dime cuándo podemos comenzar ¡Qué emoción!

El que lee, entienda lo que el Señor quiere decir.
En el amor de Jesús,

Pastor Miguel Bardales