Por años, Juan 10:10 ha sido mi prueba de la naturaleza de Dios. Es Jesús mismo revelando lo que es la naturaleza de Dios. Juan 10:10 también elimina toda duda cuando se aplica a las cosas que pasan en nuestra vida.

“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.

Este pasaje nos muestra la naturaleza de Dios y la naturaleza del enemigo. Nos muestra que cuando las cosas que suceden en nuestras vidas tienen que ver con muerte, robo y destrucción, entonces no vienen de Dios, vienen del enemigo. También nos muestra que cuando las cosas nos dan vida y abundancia, son resultado de Dios.

“Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.

Santiago 1:17 nos muestra que todos los dones buenos y perfectos vienen del Padre desde lo alto. Este versículo también dice “ni sombra de variación”, lo que significa que Él no cambia de opinión de un día para otro. Por ejemplo, un día Él desea bendecirnos y al otro día desea maldecirnos. Él siempre desea bendecir a Sus hijos.

Para entender verdaderamente Juan 10:10, necesitamos definir unas cuantas palabras. La primera palabra que debemos definir es “vida abundante”. La palabra utilizada en este pasaje se define como “zoe”. Esa palabra tiene diferentes significados:

Es la vida de la que el hombre se separó con la caída, y la vida de la que el hombre se vuelve parte a través de la fe en Cristo Jesús.

Dios, mediante la resurrección de Jesús, nos permite vivir el mismo tipo de vida que hay en Él.

Es importante no olvidar que Jesús vino a esta tierra para asegurarse de que podamos tener la vida zoe de Dios, por lo tanto, es algo muy importante para Él. Hay unas cuantas cosas  que quiero ver para que entendamos verdaderamente lo que es la vida zoe que nos ha sido dada.

1) La vida zoe es una vida que fluye abundantemente – Una de las características más impactantes de la vida de Dios es que es una vida abundante. Todo respecto al carácter de Dios es abundante, incluso extravagante. Su prosperidad es extravagante. Sus bendiciones son extravagantes. Lo mismo es verdad respecto a Su vida. Dios nos da vida de tal manera que rebosa y tenemos lo suficiente como para dar a otros. De hecho, la vida cristiana se expresa de gran manera en la medida en que damos a otros. Dios amó tanto el mundo que rebosó en acciones cuando envió a Su hijo al mundo.

2) La vida zoe es una vida que no se agota cuando se entrega – La vida de Dios es diferente que cualquier otra cosa que una persona pueda dar en este mundo. Por ejemplo, la mayoría de las veces, cuando damos alguna cosa, perdemos algo al darla. Por ejemplo, cuando damos dinero, perdemos la habilidad de utilizar ese dinero. Cuando damos de nuestro tiempo, perdemos la habilidad de utilizar ese tiempo para alguna otra cosa. Pero cuando se trata de la vida zoe de Dios es diferente, porque no está basada en los principios y sistemas de este mundo. Está basada sobre el sistema que opera en el reino de Dios. Cuando damos vida zoe, no perdemos nada, al contrario, cuando la damos, nos es añadido.

La vida zoe es una de las pocas cosas que nunca pierdes cuando la das. Sólo pierdes cuando te la quedas para ti. Mientras más das tu vida, más puedes recibir.

3) La vida zoe es vida que se energiza al cumplir la voluntad de Dios – La última cosa de las que me gustaría referir acerca de la vida zoe de Dios es que ésta se energiza a través del cumplimiento de la voluntad de Dios. En otras palabras, la vida zoe es la vida en su máxima expresión cuando la estamos viviendo para Dios. Piensa de esta forma: si Dios no tiene un cuerpo físico, Él ha escogido vivir a través de nosotros. Cuando Su vida está dentro de nosotros no podemos hacer otra cosa sino energizarla. La única pregunta es ¿dejamos a Dios vivir a través de nosotros o no?

Nuestras vidas nunca tendrán significado hasta que se sujeten a la voluntad de Dios. No hay otra manera de vivir y encontrar plenitud aparte de la vida en los caminos de Dios. La vida cristiana es un proceso de transformación que va desde vivir para uno mismo a vivir para Dios.

DaRonn Washington