REFLEXIONES DIARIAS – INSTRUMENTOS PROXIMOS DE LA PERFECCION

«Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura» (Marcos 16:15).

Siglos atrás, vivía en Italia un fabricante de violines llamado Antonio Stradivari. Cuando él consiguió tener su propia oficina, determinó que ningún violín podría dejar la oficina sin que estuviese próximo de la perfección máxima que la capacidad humana fuese capaz de producir. Él dijo, «Dios necesita violines para llevar Su música al mundo. Y, si mis violines son defectuosos, la música de Dios no será buena«.

Usando la frase de Stradivari, podríamos decir que Dios necesita instrumentos ungidos y obedientes para llevar Su Palabra hasta el confín de la tierra. Ése es su plan y fue por eso que Cristo se sacrificó en la cruz, ofreciéndose para pagar el precio del pecado de todos los hombres.
Aceptando el amor del Señor, todos pueden nuevamente volver a la presencia del Padre, tener el nombre escrito en el Libro de la Vida y vivir para siempre a Su lado en los Cielos.

Y si somos los instrumentos de Dios para comunicar eso al mundo, no podemos ser «defectuosos». Precisamos presentarnos delante de todos como representantes celestiales, con las manos limpias, con el corazón puro, con el rostro alumbrado por el poder y por la gloria del Señor.

Cristo nos mandó a llevar la palabra de salvación a todos los perdidos. Y no podemos caminar por las veredas del mundo de cualquier manera. Debemos demostrar nuestro amor, nuestra fe, nuestra obediencia, el placer de estar sirviendo a un Dios que es todo para nosotros. Nuestros pies y confianza deben ser firmes, nuestras palabras penetrantes, nuestra luz contagiante.

No somos instrumentos musicales, pero debemos vivir como una orquesta afinada, determinada, disciplinada, armoniosa y capaz de, bajo la regencia del Maestro Jesús, conducir muchos a la verdadera dicha que solo Dios puede dar.