Reflexiones – Rápidos, Sí, En Todo cuanto Es correcto

«y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres» (Juan 8:32).

Tres niños estaban alardeando sobre las hazañas de sus padres. El primero dijo: «Mi padre puede lanzar una flecha y correr y llegar hasta el blanco, llegando antes que la flecha lo alcanze». El según dijo: «Bien, mi padre puede disparar en un ciervo con un arma de fuego a una distancia de 200 metros y llegar allá para agarrar el animal antes que él caiga en el suelo». El tercero dijo: «Esto no es nada. Mi padre trabaja en el Ayuntamiento y sale del trabajo a las 16:30 horas y llega a casa a las 15:45 horas».

Nuestra ilustración muestra un anécdota envolviendo tres niños que anhelaban probar que sus padres eran más veloces que los otros. Es una broma pero que puede servir para un momento de reflexión. Vemos en nuestra historia actitudes de vanidad, mentira y deshonestidad. ¿Estaríamos nosotros envueltos en alguna de ellasí

El Señor Jesus nos dijo que Él era la Verdad y dijo también que la verdad nos liberta. Cuando nos envolvemos con mentiras y engaños, sin percibir, estamos construyendo paredes a nuestro al rededor que servirán solo para sacarnos de la libertad. La mentira esclaviza, la mentira entristece, la mentira destruye. Ella no viene de Dios y, por eso, nos aleja de la salvación y de la vida eterna.

La vanidad aleja al hombre de los caminos del Señor.
Contraria todas las enseñanzas bíblicas e impide que seamos una bendición para nuestros hermanos y amigos. Jesus siempre enfatizó la necesidad de una vida humilde para que fuésemos bienaventurados.

La deshonestidad saca el sueño, estoquea el remordimiento, inquieta el alma. Al monte del Señor llegarán solo los limpios de mano y puros de corazón. Una vida santa engrandece al Señor y nos coloca siempre junto al Dios de nuestra dicha.

Nuestra introducción es una anécdota infantil, pero, debemos buscar la gracia y la unción de Dios para que no se vuelva una historieta verdadera de adultos.

Las actitudes allí encontradas están por todo el mundo de hoy, pero, no debe estar, de forma alguna, en medio a los lavados y remidos por la sangre del Cordero. Conocemos la Verdad y ésta Verdad nos libertó. Seamos, pues, rápidos en alabar y glorificar el nombre de Jesus en todos los momentos de nuestras vidas.