Devocional Diario – Respuesta

«¡Respóndeme, Señor, respóndeme, para que esta gente reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que estás convirtiendo a ti su corazón!» 1 Reyes 18:37 (NVI)

Durante todo el día, los profetas de Baal habían estado gritando, saltando y clamando a su dios para que les responda. Todo el pueblo estaba mirando a ver que pasaba y el hastío era cada vez mayor. Durante horas, solo vieron a 400 profetas enloquecidos, pero ninguna muestra de poder. A un costado de la escena, solo, estaba el profeta Elías. La apuesta había sido impresionante. Durante años, el pueblo se había olvidado de Dios. Y empujado por su rey Acab, habían ofrecido sacrificio a Baal. En castigo, Dios había enviado una terrible sequía y por tres años no había llovido.

Entonces Elías hace este desafío: Que el verdadero Dios se muestre. El Dios que haga descender fuego del cielo para consumir el holocausto, será el verdadero Dios. El otro será una farsa. Después de horas de silencio de Baal, Elías comienza a burlarse de esos hombres: Griten más fuerte que tal vez esté dormido o demasiado ocupado. Pero Baal no respondía.

Cuando llegó a la tarde la hora del holocausto, Elías mando traer cuatro cántaros con agua, para mojar la madera y el holocausto. No había agua por la sequía pero igual derramó el agua de los cuatro cántaros. Y repitió el procedimiento tres veces. Tanta agua habían tirado que se había formado una canaleta alrededor del altar.

Elías pidió silencio y les dijo a todos: Ahora van a ver que Dios es Dios. Y oró.

Me imaginé en los zapatos de Elías. Rodeado de miles de israelitas cansados y molestos, siendo observado por 400 profetas agotados y frustrados, frente al rey que quiso matarlo durante tres años, este hombre solo iba a mostrarles que habían creído en una mentira.

Y justo antes del milagro, yo me hubiera preguntado, ¿y si Dios no responde? Elías estaba en el horno. Le tocaba el turno pero no había garantía de éxito. ¿Y si Dios no mandaba fuego?

¿Cuántas veces estamos en esa situación, esperando el milagro de Dios pero desconfiando que suceda? Un segundo antes de recibir la respuesta dudamos y pensamos que Dios no va a responder. Pero Dios siempre responde. Él nunca está dormido. Siempre está atento a nuestro clamor.

REFLEXIÓN — Siempre hay respuesta de Dios.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany