Devocional Cristiano – Educando a Nuestros Hijos

«Cuéntenselo a sus hijos, y que ellos se lo cuenten a los suyos, y éstos a la siguiente generación.» Joel 1:3 (NVI)

El 11 de Setiembre pasado se recordó un nuevo aniversario del ataque a las Torres Gemelas. Y si bien para algunas partes del mundo fue un recordatorio feliz, sobre todo en los Estados Unidos se recordó con dolor. Es cierto que el atentado fue reciente, y tiene menos de diez años. Pero ya desde su tierna infancia, en los colegios del norte, se comentó del ataque y de sus lamentables consecuencias. Nadie quiere olvidar el hecho, para aprender de los errores pasados. Sería negligente y tonto no hacerlo. Solo las sociedades inmaduras y torpes olvidan sus deficiencias pasadas y las repiten.

EL profeta Joel les estaba dando a los israelitas de su tiempo el mismo concepto. Y les pedía de parte de Dios a esos padres, que se esfuercen en contarles a sus hijos cuales eran los mandamientos de Dios para sus vidas. Hoy nos olvidamos de esta premisa. Dejamos la enseñanza en manos de los maestros del colegio o de la escuela bíblica. Y permitimos que nuestros hijos reciban la información que otros le dan sin preocuparnos por cotejar que están recibiendo.

Nos olvidamos que el cerebro es como una gran esponja que absorbe todo lo que le tiran, sea bueno o sea malo. Y que esta sociedad corrompida y tramposa, se esfuerza por cambiar los parámetros de conducta para pervertirlos. El grado y la intensidad de violencia se ha multiplicado en los últimos años. Y cada vez la edad de los delincuentes es menor. Cada vez son más chicos los que se inician en la droga, en el alcohol, en la prostitución o en la vagancia.

Los chicos son educados por la televisión, por internet, o por el mal consejo de sus pares. Y la consecuencia es la que padecemos. Hoy te mata un pibe de 13 años que esta drogado, solo para conseguir veinte pesos para la siguiente dosis de paco.

Tenemos que recordar: Dios nos manda a educar y a preocuparnos porque entiendan. No es darles una educación religiosa (como si eso fuera la solución mágica a todos los problemas de la humanidad), es crear en los chicos la conciencia del temor a Dios y del respeto por Sus Mandamientos. No podremos cambiar a la humanidad. Pero podremos mejorar la calidad de vida de los que nos rodean. Recorda: tenés que educar.

REFLEXIÓN — La educación es tu responsabilidad.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany