Devocional – Oración

«Señor, escucha mi oración, atiende a mi clamor; no cierres tus oídos a mi llanto. Ante ti soy un extraño, un peregrino, como todos mis antepasados.» Salmos 39:12 (NVI)

¿Qué es lo que le pedimos diariamente a Diosí ¿Qué le pedios con mayor frecuencia e insistencia? Seguramente son pedidos para uno mismo. Difícilmente pedimos por necesidades de otros. Me pasaron esta oración, que me impactó, y me motivó a imitarla:

La Oración de Billy Graham a los 92 años para su Nación, De un hombre que los medios nunca pudieron denigrar públicamente.

Este hombre tiene un concepto claro de lo que está pasando en su país!
«Padre que estás en los cielos, venimos hoy ante Ti para pedir Tu perdón y buscar Tu dirección y Tu guía.
Sabemos que Tu Palabra dice:
«¡Ay de los que llaman al mal bien y al bien mal», pero es eso exactamente lo que hemos hecho.
Hemos perdido nuestro equilibrio espiritual e invertido nuestros valores.
Hemos explotado al pobre y lo hemos llamado la lotería. Hemos recompensado la pereza y lo hemos llamado beneficencia…
Hemos matado a los no bebes y lo hemos llamado elección. Hemos baleado a los abortistas llamándolo justificado.
Hemos sido negligentes en disciplinar a nuestros hijos, y lo hemos llamado `fortaleciendo su autoestima’…
Hemos abusado del poder y lo hemos llamado política…
Hemos codiciado las posesiones de nuestros vecinos y lo hemos llamado ambición…
Hemos contaminado el aire con blasfemia y pornografía y lo hemos llamado libertad de expresión.
Hemos ridiculizado los valores de nuestros antepasados consagrados en los tiempos y lo hemos llamado esclarecimiento.
Escudríñanos, Oh Dios, y conoce nuestros corazones hoy; límpianos de todo pecado y Libéranos….
Amén!»

Que podamos empezar a cambiar la óptica de nuestra oración, para dejar de ser el centro de los reclamos y ver por las necesidades que nos rodean. Es solo cuestión de levantar la mirada y ver un poco que tenemos a nuestro alrededor. Si un hombre de 92 años pudo darse cuenta, ¡Cuánto más vos que sos mucho más joven! Solo hay que tener la voluntad y la actitud de mirar, y la constancia y la decisión de convertirlo en un hábito de oración.

REFLEXIÓN — Cambiá tu oración.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany