Traer un avivamiento

En cada iglesia local debe haber despertares genuinos. Los hermanos y las hermanas deben amar al Señor afanosamente y consagrarse completamente para vivir para Él. Deben dejar de amar al mundo y tener la realidad de «Vender todo» y «rendirse», como esta registrado en los cuatro evangelios y los hechos. Si una iglesia local tiene solamente el evangelio sin ningún despertar, esto no durara mucho. Si no hay un despertar, el evangelio no tiene poder. El poder para el mensaje viene del sacrificio al mundo. Cuanto más nosotros dejamos el mundo, más grande será nuestro poder en el evangelio. Si voluntariamente dejamos todo y vendemos todo, el evangelio será un evangelio de autoridad en nuestras bocas. Si somos como Lot, viviendo en la Sodoma de hoy, no debe ser ninguna sorpresa para nosotros que nuestros parientes consideren nuestro evangelio como una Mentira, exactamente de la misma manera que los yernos de Lot (Gen. 19: 14). Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: ¡Levantaos, salid de este lugar, porque Jehová va a destruir esta ciudad! Pero sus yernos pensaron que bromeaba.

Además, sin un despertar, es inevitable que tendremos problemas con nuestra búsqueda espiritual y las experiencias la vida. No podemos ser flojos en nuestra búsqueda espiritual y nuestras experiencias de vida. Debemos darnos cuenta que las experiencias de vida registradas en las epístolas así como en los cuatro evangelios y los hechos después de «Vender todo» y «rendirse». Las experiencias de vida están relacionadas con la resurrección; «Vender todo» y «rendirse» tienen que ver con la cruz. Si no pasamos la cruz, no podemos experimentar la resurrección. Si ninguno «Vender todo» y «se rinde» será difícil que tenga experiencias de vida. Si no tenemos la realidad de «Vender todo» y «rendirnos», no sólo nuestro Evangelio estará desprovisto de poder y parecerá una parodia o un engaño para otros, sino que no habrá progreso espiritual e interés en el crecimiento en vida, o la extensión, “favorecido por el contrario el esparcimiento y el espectáculo al considerarnos -de clase alta-”. Por lo tanto, Hoy, debemos tener un despertar espiritual genuino antes que nuestro evangelio pueda ser fuerte y nuestra experiencia de vida sea legítima.

Watchman Nee