Reflexión – ¡Todo Va Bien!

«… Y ella respondió: Paz» (2 Reyes 4:23).

Un hombre de negocios, cristiano, después de sufrir grandes pérdidas, se sintió en duda de las cosas de Dios.
«¿Por qué Él permitió qué todos esos contratiempos me sobreviniesen?» cuestionó él. Una noche, estaba sentado en su sala, abatido y animo, cuando su hijo, de seis años de edad, vino y se sentó junto a él. El niño coloco una tarjeta en el abrigo del padre donde se leía: «Las obras de Dios son perfectas». «¿Papá, qué significa perfectasí»
preguntó el hijo. Antes del padre poder contestar, él continuó, «¿significa qué Dios nunca comete erroresí» Aquello era todo cuanto el padre necesitaba oír. Abrazando cariñosamente el hijo, el padre dijo: «Sí, querido, es eso que quiere decir.»

¿Hasta que punto creemos, verdaderamente, que Dios nos ama y tiene lo mejor de esta tierra para darnosí ¿Hemos confiado plenamente en él solamente cuando todo va bien o a la primero señal de dificultades abandonamos la fe y corremos para lugares inciertosí ¿Solemos alabar a Dios apenas cuando vivimos la abundancia de Sus bendiciones o continuamos adorándolo también en los momentos de escasez?

La palabra de nuestro verso inicial fue proferida por una mujer que acababa de dejar a su hijo en casa, muerto. Estaba aflijida, acongojada, desesperada, sin embargo, buscó al hombre de Dios. Confiaba en el Dios de aquel hombre. Salió de casa dejando a su hijo muerto pero, en su corazón, aún alimentaba la esperanza de volver y encontrarlo vivo.

Y, si hoy nuestras finanzas van mal… mañana todo podrá ser diferente. Si nos sentimos debiles y desalentados… mañana podremos estar con las fuerzas revigorizadas. Si nos sentimos en medio a una tempestad espiritual, bajo rayos y truenos… mañana el sol podrá estar brillando nuevamente sobre nosotros.

¿Cómo está su situación hoy? aun cuando todo parezca mal…
crea en Dios y conteste: «¡Todo Va Bien!»