DEVOCIONAL DIARIO – ADICION

«Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.» Juan 8:32 (RV 60)

Nota de Perfil domingo 29 de mayo del 2011

En la Argentina hay más de 26 millones de personas con acceso a Internet y se ubica en el puesto 19 del ranking mundial de países que más navegan, pero no existen centros específicos para la adicción al uso de la tecnología. ¿Cómo identificar si sos un adicto a internet? Respondé el siguiente test:

• Estar conectado más de tres horas diarias fuera del horario laboral de forma constante y prolongada.
• Sentir angustia por no poder conectarse o navegar en algún momento del día.
• Pasar varios días sin contacto real con sus allegados, familiares o amigos y no sentirse preocupado por ello.
• Vincular las acciones de la vida cotidiana con la WEB, ya sea hacer trámites o pagar facturas on line, como excusa para navegar.
• No poder controlar el impulso de conectarse en todo momento y solo sentir bienestar por el hecho de estar en la Red.

Mientras leía esta nota, reflexionaba lo cerca que estamos de ser adictos a internet. En países como Corea del Sur, existen al menos 140 centros para tratar esta adicción. En Argentina, hay un espacio en el Hospital general de agudos Dr. Teodoro Alvarez. ¿Cuánto tiempo podés aguantar sin consultar tu mail, o mirar tu celular, o entrar en

Facebook? Adicción. Esa necesidad incontrolable de repetir una conducta.

Seguramente, muchos al leer esto, van a excusarse o a minimizar la situación. Si estás pensando así, tal vez deberías reconsiderar tu situación frente a Internet. Lo que es lamentable, es que no sentimos la misma adicción por Dios. Y respondía el test aplicado a mi vida cambiando internet por Dios. Debo reconocer con tristeza que no tengo esa necesidad imperiosa de acercarme a su Presencia, de buscarlo en oración, de devorar su Palabra, de emular su Persona.

La adicción a Internet esclaviza, pero la adicción a Dios te libera y potencia. Perdimos la fascinación por Dios, ya no tenemos pasión por las cosas espirituales, nos acostumbramos a vivir en una relación terrenal sin aspirar a mirar la vida con la Visión de Dios. Y las costumbres cotidianas sepultaron las aspiraciones espirituales. Demasiadas adicciones a cosas que no son Dios cambiaron las prioridades de nuestras vidas. Jesucristo nos desafía a liberarnos volviendo a Su Verdad.

REFLEXIÓN – Hacete adicto a Dios.

Un gran abrazo y bendiciones

Dany