Devocional – Salir del decaimiento espiritual – Parte Uno

«CUANDO COMENZARON A ENTONAR CANTOS DE ALABANZA.» (2 Crónicas 20:22)

He aquí una formula sencilla pero efectiva para luchar contra el decaimiento espiritual: ¡Alaba al Señor! David comienza el Salmo 22 preguntándose: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?…» (v.1). pero prosigue con «.Tú. habitas entre las alabanzas.» (v.3). No siempre tendrás ganas de alabar a Dios, por eso se llama «.el sacrificio de alabanza.» (Hebreos 13:15).
Pero cuando te encuentras decaído, necesitas más que nunca disciplinarte a hacerlo, porque la alabanza es el vehículo de la presencia y del poder de Dios más que ninguna otra cosa. Por eso escribió el salmista: «Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca» (Salmo 34:1).

Al alabar a Dios de antemano, antes de obtener la victoria, se abre un canal para que Él intervenga en tus circunstancias, se aviva la esperanza en tu alma y es imposible quedarse deprimido y derrotado. Y cada personalidad puede encontrar su estilo de alabar, así que no tienes excusa. Puedes aplaudir y gritar (Salmo 47:1), hacer música y danzar (Salmo 150:4), cantar salmos, himnos y cánticos espirituales (Efesios 5:19-20), prorrumpir en alegría (Salmo 98:4), levantar las manos (Salmo 134:2), callar delante de Dios (Salmo 4:3-5), ¡y también puedes hacer mucho ruido! (Salmo 33:3, 95:1-6).

¡Tus alabanzas frustran los mejores planes del enemigo! Cuando los Israelitas se enfrentaron a un ejército mucho mayor que el suyo, oraron a Dios y Él les dijo que la batalla era suya y que pelearía por ellos. Judá (que significa «alabanza») fue delante del ejército y «Cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, el Señor puso emboscadas. se mataron los unos a los otros» (2 Crónicas 20:22). En el momento en que empiezas a alabar al Señor, Él desata su poder y se pone de tu lado.