Cristianos – Lo mejor está por venir

«¡NO ME LLAMÉIS NOEMÍ, SINO LLAMADME MARA.» (Ruth 1:20)

Aprende a edificar tu vida en base a la persona que eres, no a la función que desempeñas; si no lo haces, cuando cambie tu papel, perderás tu sentido de valía. Ser una buena madre es un llamado muy noble de parte de Dios y un trabajo que demanda gran sacrificio. Pero cuando tus hijos se van de la casa y desaparecen muchas de las obligaciones, es fácil sentirse como Noemí. Su nombre significaba «mi alegría», pero después de la muerte de sus dos hijos, cambió el nombre a Mara, que significa «amargura». No permitas que los cambios de la vida alteren tu identidad, ni paralicen tus sueños, ni coarten tus esperanzas.

Dios todavía tenía mucho trabajo para Noemí. Más tarde llegó a ser la orientadora de Ruth, quien daría a luz a un hijo destinado a crecer y ser parte del linaje del Rey David y de nuestro Bendito Salvador. ¡Qué privilegio!

Cuando cambie tu papel, recuerda que la vida no ha terminado. Considera el valor intrínseco que tienes como persona, identifica tu próxima tarea, echa mano de todos tus recursos y sigue viviendo y dándote a ti mismo. No dejes que la «mentalidad de Mara» se apodere de ti. Ésta dejó que las circunstancias le volvieran cínica, pero tú no lo permitas. El desánimo se asienta, por lo general, cuando sentimos que ya lo hemos visto todo, oído todo, hecho todo, y que la mayoría de esas experiencias no eran muy buenas. Sea cual sea tu edad, nunca podrás afirmar que lo has visto todo. Dios puede hacer «.todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos.» (Efesios 3:20).

Tú no sabes lo que Dios va a hacer con tu vida antes de que te llame a su presencia, pero a Él le gusta guardar lo mejor para el final.